Foto/Gentileza
Entre tantos titulares que dejaron los meses de encierro, no deja de sorprender que España fuese el país de Europa con menos horas de sol en los 40 primeros días de confinamiento, según un estudio de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Más allá de la anécdota, no hay duda del potencial de España, y de sus empresas, en el desarrollo y crecimiento de la energía solar en el planeta. Las compañías españolas del sector han tomado especial protagonismo esta semana, con la entrada de Solaria en el Ibex 35 y el anuncio de Sotec de salir a bolsa antes de acabar el año para captar 150 millones. Pero ya venían despertando el interés de los inversores, convirtiendo a la industria en una de las más alcistas del año, con alzas que en el peor de los casos alcanzan el 30%, según una publicación de hoy sábado de El Economista.
El futuro ya no se concibe sin energías limpias. No solo eso, sino que las renovables acaparan en 2020 un enorme interés porque, además de la respuesta al cambio climático recogida en el Plan Verde Europeo, se han convertido en una de las palancas para salir de esta crisis. La Comisión Europea ha recomendado encarecidamente a los países que utilicen el Fondo de Recuperación, entre otras cosas, para la transición ecológica. Y el Gobierno confirmó esta misma semana que dedicará a ello un 37% del dinero recibido.
Dentro del impulso a las renovables, la energía solar gana terreno. Ya el año pasado, «la fotovoltaica copó el 40% de la nueva capacidad instalada a nivel mundial, más que ninguna otra fuente de energía», señala en un informe la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), en el que destaca que «España volvió en 2019 a ser el mercado líder de la energía fotovoltaica en Europa once años después» y el sexto del mundo; China lidera esta lista, seguida de EEUU, India, Japón y Vietnam. Una de las razones con las que los expertos argumentan el éxito de esta energía, y lo que le puede permitir un rápido crecimiento a futuro, radica en los costes. Estos se han reducido un 89% en los últimos 10 años, según la UNEF, y se han convertido en una clara ventaja frente al resto de energías, incluso renovables como la eólica.
Solaria, dedicada a la generación y venta de energía eléctrica proveniente de sus plantas solares, es la firma española con mayor tamaño en la bolsa española entre las especializadas en la industria fotovoltaica. La compañía tiene una capitalización cercana a los 2.400 millones de euros tras 13 como cotizada, lo que la situaría en el puesto 28 por valor bursátil del Ibex cuando se incorpore el día 19. Sus acciones acechan los máximos de finales de 2007 tras una espectacular recuperación que ha ido acompañada de mayor negociación en el parqué. El título se hundió durante la anterior crisis; llegó a valer menos de 30 millones. Pero desde principios de 2018 escala más de un 1.000%, con un alza que supera el 180% este año.
Los bancos de inversión que la siguen están divididos, y la recomendación, según el algoritmo que realizan FactSet y elEconomista, es mantener. «La acción ya ha anticipado el hito de su entrada en el Ibex y no vemos valor a estos precios», opinan en Bankinter. En la entidad creen que sus puntos positivos son la visibilidad y recurrencia de los ingresos una vez construidas las plantas solares al igual que el apoyo de los reguladores a la energía fotovoltaica y el plan de inversiones para elevar la potencia instalada, y ven los negativos en «el riesgo de ejecución del plan de inversiones y el endeudamiento que calificamos de elevado». Lo prevén en «8,3 veces en el momento de mayor esfuerzo inversor».
Fuente: El Economista