La rotulación de un embalaje se distingue fundamentalmente del envase destinado al consumidor final, ya que no requiere cumplir con altos requisitos estéticos, en cambio, es de importancia que identifique al producto a primera vista y proporcione avisos sobre el manejo del mismo.
Según la Red de Importaciones y Exportaciones (Rediex) del Ministerio de Industria y Comercio (MIC), es de importancia utilizar letras bien legibles (incluso a algunos metros de distancia, con baja iluminación), que tengan un tamaño mínimo de 24 puntos y que hagan contraste con el fondo. Los rótulos pueden estar directamente impresos en el embalaje, o ser fijados, preferentemente de forma autoadhesiva. Ante la posible exposición del embalaje al manejo mecánico, a la humedad del aire o a otros factores ambientales, deberá garantizarse la permanencia del rótulo sobre el embalaje.
Como contenido del rótulo de cada embalaje, se puede especificar: Nombre y dirección de la empresa productora Descripción y marca del producto Clase de calidad (para productos agro) Cantidad de unidades (en el caso de unidades empacadas, o de
frutas o hortalizas frescas comercializadas por unidad) Volumen, peso o tamaño de las unidades empacadas. Volumen, peso o tamaño total, si el embalaje no contiene una
cantidad contable de unidades País de origen Número de lote (para la Unión Europea, éste número debe empezar con la letra L).
Además, la inclusión de la fecha de vencimiento puede ayudar para la distribución o puesta en góndola de los productos por orden de caducidad. En coordinación con el importador o distribuidor, además pueden fijarse códigos digitales específicos (por ejemplo de barra o QR) que permitan la identificación de cada unidad de embalaje por escáneres.
Otra opción, técnicamente avanzada y de costo algo mayor son los chips RFID, que permiten el seguimiento del embalaje por lectores a corta distancia, sin necesidad de ser escaneados.
En cuanto a las advertencias frente a posibles peligros, existe una simbología internacional acorde a la norma ISO-3864, la cual se aplica a embalajes de contenidos explosivos, oxidantes, altamente inflamables, tóxicos, nocivos, irritantes, corrosivos y/o de riesgo
ambiental. Además, es recomendable aplicar avisos de manejo para garantizar la
calidad del producto a lo largo de la cadena de comercialización.
Avisos de manejo pueden ser, entre otros: “Frágil” “Manejar con precaución” “Mantener refrigerado” “No volcar” (indicando dónde queda arriba, en el embalaje) “No encimar embalajes” Cantidad máxima de embalajes encimados “Proteger de la humedad”. Para los avisos de manejo, existen etiquetas con símbolos consensuados a nivel internacional, que pueden ser proporcionados por empresas de embalaje o logística.
Es recomendable utilizar el idioma del mercado de exportación, o, en caso contrario, el idioma inglés. Atendiendo a que el embalaje puede recorrer varios países hasta llegar
al destino, se recomienda emplear los símbolos internacionales,
conjuntamente con avisos escritos.