Condiciones financieras internacionales se han tornado algo más favorables, dice Banco Central
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La incertidumbre global se mantiene elevada, aunque se ha moderado con respecto a abril. En este contexto, las perspectivas de crecimiento mundial para 2025 se revisaron al alza, impulsadas por un desempeño mejor al esperado y la moderación de las tensiones comerciales. Las condiciones financieras internacionales se han tornado algo más favorables, con menores tasas de interés externas y el debilitamiento del dólar a nivel internacional., según observan técnicos del Banco Central del Paraguay (BCP).
Los precios de los commodities agrícolas relevantes para Paraguay mostraron un comportamiento mixto, mientras que el precio del petróleo se mantuvo en niveles similares al IEF anterior, aunque se prevé una trayectoria descendente hacia adelante.
En el plano doméstico, la actividad y la demanda interna han seguido expandiéndose en el segundo trimestre de 2025. El PIB presentó un crecimiento de 5,9% interanual (6,2% sin agricultura ni binacionales), impulsado por servicios, manufacturas, generación de energía eléctrica, construcción y ganadería. Por el lado del gasto, el dinamismo provino de la inversión y el consumo privado, mientras que la demanda externa neta y el consumo público presentaron contribuciones negativas. De acuerdo con los indicadores de corto plazo, la actividad económica mantendría un desempeño favorable en el tercer trimestre. La inflación interanual alcanzó 4,1% en octubre de 2025 (ligeramente por debajo del 4,3% de septiembre), explicada principalmente por los alimentos –en especial la carne vacuna– y los servicios, en tanto que las expectativas de inflación para el horizonte de política monetaria permanecieron ancladas en torno a la meta.
En línea con la evolución positiva de la actividad, la cartera de créditos ha continuado con una buena dinámica, tanto en moneda local como extranjera. Considerando el usuario, el crédito a los hogares y a las empresas ha mantenido un dinamismo positivo, con perspectivas positivas para los próximos meses considerando las previsiones de los agentes económicos. El crecimiento del pasivo se relaciona principalmente con el desempeño favorable de los depósitos y, en menor medida, de los préstamos provenientes del exterior y el fondeo mediante bonos en manos del sector privado.
Indicadores de solidez
Los indicadores de solidez del sistema financiero se mantienen en niveles adecuados. La tasa de morosidad se redujo en términos interanuales, ubicándose en 2,5% a septiembre. La medida más estresada de riesgo de crédito se sitúa en cifras mínimas al comparar con el punto máximo alcanzado durante la pandemia, al tiempo que las previsiones permiten la cobertura total del riesgo crediticio. Por usuario del crédito, las tasas de morosidad de las empresas y de los hogares se han reducido con relación al año anterior. Con respecto a la rentabilidad, los indicadores ROA y ROE se sitúan en cifras similares a las registradas un año atrás. Los indicadores de solvencia continúan por encima de los requerimientos mínimos que establece la normativa local. Por su parte, las pruebas de tensión muestran que el sistema financiero en su conjunto conserva un nivel de solvencia adecuado incluso ante la materialización de choques adversos y extremos, los cuales se consideran de baja probabilidad de ocurrencia.