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El mercado de la vivienda presenta rasgos comunes entre el grueso de las economías avanzadas: la oferta es débil, apenas se construye, la demanda es sólida y los precios se encuentran en niveles muy elevados, complicando el acceso a una casa, especialmente entre los jóvenes. Dentro de ese cuadro común, el caso de Reino Unido siempre deja elementos interesantes para el análisis desde otras latitudes, tanto en la realidad del mercado como en las medidas que toman las autoridades. En esta tesitura, la última iniciativa del Gobierno británico ha llamado la atención, informa hoy lunes 06 de octubre el diario español eleconomista.es.
El Ejecutivo laborista, que llegó hace poco más de un año al poder con la promesa de 1.5 millones de viviendas en cinco años, promesa que se empieza a complicar ante el peso de la realidad (ingentes costes, problemas con la mano de obra, estrecheces presupuestarias), ha ideado un paquete de medidas que buscan acabar con las habituales rémoras del proceso de compraventa de viviendas buscando acelerar las transacciones y ahorrar cientos de libras a los compradores primerizos. Más allá de las medidas avanzadas, se espera que el plan concreto y su hoja de ruta se conozcan con el cambio de año.
Según un comunicado emitido este domingo, los vendedores y los agentes inmobiliarios estarán obligados por ley a proporcionar por adelantado información clave sobre una propiedad, incluyendo el estado de la vivienda. El objetivo es acabar con las «sorpresas desagradables» que pueden tumbar las operaciones en el último momento tras meses de proceso, según ha explicado el Gobierno.
Las reformas también podrían introducir contratos vinculantes para evitar que los vendedores se echen atrás en el último momento después de meses de negociaciones. Las propuestas contribuirán a reducir a la mitad el número de ventas fallidas, evitando cancelaciones de última hora y acelerando el proceso de compra en unas cuatro semanas, según el Ejecutivo de Keir Starmer. «Comprar una vivienda debería ser un sueño, no una pesadilla», ha dicho el secretario de Vivienda, Steve Reed, en el comunicado. «Nuestras reformas arreglarán un sistema defectuoso».
El proceso de compra de viviendas en el Reino Unido ha sido criticado durante mucho tiempo por la lentitud de las transacciones y los posibles inconvenientes. A menudo se le culpa de contribuir a un gran número de ventas fallidas que, según el Gobierno, le cuestan a la economía británica 1.500 millones de libras (casi 2.000 millones de euros) al año.
Entrando más al detalle en el paquete de medidas, los vendedores y los agentes inmobiliarios deberán publicar por adelantado información sobre los certificados de eficiencia energética, los datos de seguridad de los edificios, los permisos de construcción y el riesgo de inundaciones. El Gobierno afirma que estos cambios supondrán un ahorro medio de 710 libras esterlinas para cientos de miles de compradores que adquieren su primera vivienda.
Proceso largo y complejo
«El proceso de compra de una vivienda en el Reino Unido sigue siendo demasiado largo, demasiado complejo, demasiado incierto y ha experimentado mucha menos innovación digital que muchos otros sectores», contextualiza a Bloomberg Paul Whitehead, director ejecutivo del portal inmobiliario Zoopla. «Un mejor uso de las soluciones digitales tiene el potencial de desbloquear una demanda significativa y reducir las transacciones fallidas»,
Se estima que cientos de miles de familias y compradores primerizos podrían beneficiarse de las reformas. Aquellos que se encuentren en medio de una «cadena» también podrían obtener un ahorro neto de 400 libras esterlinas, ya que el aumento de los costes de venta se vería compensado por la reducción de los gastos de compra, informa la BBC. En Reino Unido se emplea el término chain (cadena) para referirse a esa situación en la que el vendedor de un inmueble al mismo tiempo está a la espera para adquirir otro al que mudarse, proceso que se puede replicar indefinidamente.
La idea del Ejecutivo británico bebe de otras jurisdicciones, como el sistema escocés, en el que se dispone de más información por adelantado y los contratos vinculantes se firman antes. El Gobierno afirma que esta transparencia reducirá el riesgo de que las transacciones fracasen en las últimas fases del proceso y mejorará la confianza de los compradores, especialmente de aquellos que adquieren una vivienda por primera vez.
La subsecretaria de Estado del Ministerio de Vivienda, Miatta Fahnbulleh, ha detallado en el programa BBC Breakfast que la propuesta de que los vendedores organicen la inspección de la vivienda implicará que los compradores obtengan toda la información «por adelantado». «Sabes lo que estás comprando, no tienes que pasar por eso de que cada vez que, por ejemplo, hay un nuevo comprador porque la transacción ha fracasado, tienes que hacer otra inspección», justifica. «En Escocia, donde se aplica este sistema, se observa que reduce el número de transacciones fallidas».
Las reformas diseñadas también tienen por objeto mejorar los estándares profesionales en todo el sector de la vivienda.Se está proponiendo un nuevo código deontológico obligatorio para agentes inmobiliarios y gestores de transmisiones patrimoniales, junto con la introducción de datos comparativos sobre el rendimiento para ayudar a los compradores a elegir profesionales de confianza basándose en su experiencia y trayectoria.
Desde la oposición se han puesto ‘peros’ a la iniciativa. El ministro de Vivienda ‘en la sombra’ del Partido Conservador, Paul Holmes, ha declarado: «Aunque acogemos con satisfacción las medidas para digitalizar y agilizar el proceso, esto supone el riesgo de reinventar los fallidos paquetes de información sobre viviendas del último gobierno laborista, que redujeron el número de viviendas en venta y duplicaron los costes para compradores y vendedores».
Fuente: El Economista