Tras marcar el tercer mejor arranque del año desde la II Guerra Mundial, la bolsa americana tropezó con el mes de mayo, el primero en acumular un saldo negativo de más del 6,5% para el S&P 500. Los sospechosos habituales, véanse las tensiones comerciales, las expectativas de un debilitamiento económico o la renovada posibilidad de un Brexit duro, volvieron a generar cierto nerviosismo entre las mesas de inversión, según publica hoy el periódico español El Economista.com.

Sin embargo, con este indicador a más de un 7% de su récord histórico, la incógnita que pesa en el mercado es si los variopintos reveses arancelarios del presidente Donald Trump, dispuesto a tasar todas las importaciones chinas así como las procedentes de México, acabarán por desencadenar un nefasto escenario como el experimentado en los últimos compases del año pasado, cuando el S&P 500 cerró 2018 acumulando un saldo negativo del 4,3%.

Al día de hoy, la escalada arancelaria sigue sin perturbar excesivamente las proyecciones de los principales bancos para la bolsa americana. De hecho, en los primeros compases de junio, los objetivos para el S&P 500 se mantienen inamovibles con respecto a comienzos del pasado mes con 14 de los 17 estrategas de cabecera en Wall Street proyectando todavía avances de más del 5%. En efecto, si tomamos la media de estas perspectivas, alrededor de 2.960 puntos para el indicador, éste todavía contaría con un recorrido de casi el 8%.

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