La Universidad Católica de las Américas, con sede en Washington, DC de Estados Unidos; mostró interés en firmar un acuerdo de entendimiento con la ITAIPU Binacional, para intercambio de información y experiencias en el tema de energías renovables.

Durante una reunión mantenida entre el director general paraguayo de la ITAIPU, James Spalding, y Robert Latorre, profesor adjunto del Departamento de Ingeniería Mecánica de la mencionada universidad, se inició el diálogo con miras a la firma de dicho acuerdo.

También participaron de la reunión Jandro L. Abot, profesor asociado del departamento de Ingeniería Mecánica y director del Programa de Ciencia e Ingeniería de Materiales, además de Fleming Duarte, consejero económico y comercial de la Embajada del Paraguay en los EE.UU.

El doctor Spalding afirmó que, durante la reunión, se abordó el tema de energía renovable, dentro del marco del Laudato si’, segunda encíclica del papa Francisco, firmada el 24 de mayo de 2015.

Indicó que la citada universidad realizó a la ITAIPU el ofrecimiento de realizar una investigación en conjunto y también recibir a empleados de la Entidad, para asistir al curso en energía renovable.

El Paraguay, por primera vez en su historia, está llevando adelante una Política Energética Nacional, que contempla, en tres fases, la realización de acciones a favor del acceso a la energía eléctrica a la población, además del uso de energías renovables, como la que genera la ITAIPU Binacional, desde hace 34 años.

El interés de la Universidad de Estados Unidos se centra en conocer más de cerca el programa desarrollado por la ITAIPU, a partir del Mapeo del Potencial Energético Solar y Eólico del Paraguay, presentado por el Parque Tecnológico ITAIPU – PTI.

Este estudio, con sus mediciones, posicionan al país, con datos precisos, en un lugar privilegiado, para iniciar proyectos de aprovechamiento de estos recursos, para generar electricidad, limpia y renovable.

Hay que mencionar además que está vigente una cooperación entre el Ministerio de Defensa Nacional y el PTI, para la ejecución del proyecto Seguridad Energética en localidades aisladas del Chaco paraguayo, con la construcción de plantas de generación de energía solar y eólica.

En diciembre de 2014, se habilitó la primera planta de generación de energía eólica y solar, en la Primera División de Caballería, ubicada en la localidad de Joel Estigarribia, Departamento de Boquerón, distante a más de 600 kilómetros de Asunción.

Y se encuentra próximo a inaugurarse la planta solar del cuartel de Pablo Lagerenza, en el Alto Chaco, que es otro proyecto ejecutado por el Parque Tecnológico Itaipu (PTI).

¿Qué dice la encíclica?

EI cambio climático: «El cambio climático es un problema global con graves dimensiones ambientales, sociales, económicas, distributivas y políticas, y plantea uno de los principales desafíos actuales para la humanidad» (25). Si «el clima es un bien común, de todos y para todos» (23), el impacto más grave de su alteración recae en los más pobres, pero muchos de los que «tienen más recursos y poder económico o político parecen concentrarse sobre todo en enmascarar los problemas o en ocultar los síntomas» (26): «La falta de reacciones ante estos dramas de nuestros hermanos y hermanas es un signo de la pérdida de aquel sentido de responsabilidad por nuestros semejantes sobre el cual se funda toda sociedad civil» (25).

La cuestión del agua: El Papa afirma sin ambages que «el acceso al agua potable y segura es un derecho humano básico, fundamental y universal, porque determina la sobrevivencia de las personas, y por lo tanto es condición para el ejercicio de los demás derechos humanos». Privar a los pobres del acceso al agua significa «negarles el derecho a la vida radicado en su dignidad inalienable» (30).

La pérdida de la biodiversidad: «Cada año desaparecen miles de especies vegetales y animales que ya no podremos conocer, que nuestros hijos ya no podrán ver, perdidas para siempre» (33). No son sólo eventuales “recursos” explotables, sino que tienen un valor en sí mismos. En esta perspectiva «son loables y a veces admirables los esfuerzos de científicos y técnicos que tratan de aportar soluciones a los problemas creados por el ser humano», pero esa intervención humana, cuando se pone al servicio de las finanzas y el consumismo, «hace que la tierra en que vivimos se vuelva menos rica y bella, cada vez más limitada y gris » (34).

La deuda ecológica: en el marco de una ética de las relaciones internacionales, la Encíclica indica que existe «una auténtica deuda ecológica» (51), sobre todo del Norte en relación con el Sur del mundo. Frente al cambio climático hay «responsabilidades diversificadas» (52), y son mayores las de los países desarrollados.

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