En un nuevo revés para su Gabinete, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tiene pensado relevar a Wilbur Ross, su secretario de Comercio a finales de este año. Ross, quien ha sido el artífice de buena parte de la política proteccionista del Gobierno, podría ser sustituido por la capitana de la Administración de Pequeñas Empresa (SBA, por sus siglas en inglés), Linda McMahon, o Ray Washburne, actual presidente de la Corporación de Inversión Privada en el Extranjero de Estados Unidos (OPIC), según adelantaron políticos y la CNBC.

Esta situación se produce en un momento crucial para la agenda comercial de Trump, quien cenará durante la próxima cumbre del G-20 en Buenos Aires, Argentina, con su homólogo chino, Xi Jinping. Pese a que el encuentro ha reavivado la esperanza de reiniciar las negociaciones entre ambos países, es casi inevitable que los aranceles del 10 por ciento sobre productos chinos por valor de 200.000 millones de dólares se incrementen hasta el 25 por ciento en enero de 2019, destaca la prensa internacional.

La pregunta es si el posible acercamiento entre Washington y Pekín instigará un proceso de negociación o acabará por materializar la amenaza de Trump de extender su azote arancelario a un catálogo adicional de importaciones chinas por 267.000 millones de dólares -todas las importaciones del gigante asiático-. Precisamente, el secretario de Estado, Mike Pompeo, y el de Defensa, Jim Mattis, mantienen conversaciones con altos funcionarios chinos mientras Pekín expresa el deseo de resolver sus disputas. Al mismo tiempo, el Gobierno de Trump, a través de la Oficina del Representante Comercial (USTR, por sus siglas en inglés), ya entabla negociaciones comerciales con la Unión Europea y Japón.

La posible llegada de McMahon apunta a cierta apertura en materia comercial en un momento en que la veintena de legisladores republicanos que abandonarán su escaño tras las legislativas incluyen un número de congresistas que han apoyado acuerdos bilaterales y de libre comercio. Con una hegemonía en la Cámara de Representantes, los demócratas están listos para aumentar las investigaciones sobre la Casa Blanca. Ross se convierte así en un lastre dado que su multimillonaria fortuna podría convertirse en un motivo más para intentar minar a Trump y su equipo.

A la posible salida de Ross hay que sumar la marcha esta semana del fiscal general, Jeff Sessions, que podría ser sustituido por el exgobernador de Nueva Jersey, Chris Christie. La embajadora de EEUU ante Naciones Unidas, Nikki Haley, abandonará su puesto a final de año.

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