Una nueva corrección en Wall Street está en marcha, algo d de lo que ya no hay ninguna duda. El S&P 500 cae un 1,65% este lunes, hasta los 3.266 puntos, y pierde un 9% desde que estableció su máximo histórico en los 3.580,84 el 2 de septiembre. En lo que va de año, el índice gana un 1,3%. Por otra parte, el Dow Jones cede un 1,84%, hasta situarse en las 27.147,7 unidades, y pierde un 4,9% desde enero. Por último, el Nasdaq 100 cotiza en positivo con una subida del 0,4% que lleva al índice tecnológico a los 10.980,22 puntos. Gana un 25,7% en el año.

Wall Street no levanta cabeza. La evolución del virus, la prudencia de la Reserva Federal, las altas valoraciones de las compañías tecnológicas y el batacazo de las bolsas europeas están detrás de las caídas del mercado americano. Inician la semana tras tres consecutivas en números rojos, su peor racha desde 2019, con el Nasdaq a la cabeza. El índice ha superado la fase de corrección y ya ha entrado en un mercado bajista, cuando la caída supera el 12% desde sus máximos históricos.

El S&P 500 cae algo más de un 7% en lo que llevamos de septiembre. Si llegase a caer más de un 10%, el mes de septiembre de este año sería el peor desde 2002, cuando perdió un 11% a causa de la preocupación por las valoraciones de las incipientes empresas de Internet, según Dow Jones Market Data.

En septiembre de 2011, el índice registró un descenso del 7,18% y el mismo mes de 2008 la caída fue del 9,8%. Además, el mercado estadounidense espera noticias sobre nuevos estímulos gubernamentales. Y es que, los republicanos y los demócratas han estado estancados desde julio. El presidente de EEUU, Donald Trump, insinuó la semana pasada que respaldaría un paquete de ayuda más grande, pero el fallecimiento de la Corte Suprema, Ruth Bade Ginburg, podría complicar las negociaciones ante un amargo proceso de nominación antes de las elecciones. Trump dijo que nominaría a alguien esta semana para ocupar el asiento de Ginsburg, unas declaraciones que generaron críticas de demócratas clave y algunos senadores republicanos.

Fuente: El Economista

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