Sector agropecuario con desafíos por intensidad de heladas que generan daños en cultivos sensibles
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El sector agropecuario enfrenta importantes desafíos debido a la intensidad y anticipación de las heladas en varias zonas del país, lo que está generando daños en cultivos sensibles y comprometiendo la producción agrícola y ganadera.
“La llegada del frío está golpeando muy fuerte al trabajo rural, tanto en la agricultura como en la ganadería. Todo el sector estaba expectante a una renovación de pasturas con las lluvias de mayo y junio, pero las heladas fuertes han deteriorado nuevamente ese proceso”, explicó Aurio Frighetto, productor de la zona norte de Alto Paraná.
En cuanto a los cultivos extensivos, Frighetto señaló que el maíz zafriña no fue severamente afectado ya que se encuentra en etapa de cosecha. Sin embargo, en zonas de siembra más tardía, sí se registraron daños. A esto se suma la preocupación por las lluvias previstas durante el fin de semana, que coinciden con los trabajos de cosecha.
Respecto a la chía, se prevén pérdidas en volumen y calidad, ya que el cultivo se encontraba en una etapa crítica de desarrollo. En cuanto al trigo, el estado fenológico varía según la región, y si bien todavía no hay cultivos en espigado o en carga de granos, se monitorea de cerca su evolución.
Los cultivos de la agricultura familiar, frutihortícolas y la mandioca han sido los más perjudicados, con pérdidas significativas que podrían repercutir directamente en el costo de los alimentos para el consumidor final. “La combinación de heladas y lluvias genera un perjuicio grande para estos sectores más vulnerables al clima”, advirtió Frighetto.
Por su parte, Marcio De Souza, productor de Itapúa, confirmó que el sur del país registró heladas intensas con temperaturas por debajo de los 0 °C, con efectos en varios rubros.
Las bajas temperaturas afectaron al trigo sembrado tempranamente, especialmente en zonas como San Rafael, Natalio, Yatytay y Colonias Unidas, donde el cultivo ya estaba en fase de formación de grano. “Hubo pérdidas significativas en varias parcelas”, afirmó.
También se reportan daños en la chía y fuertes afectaciones en las pasturas, lo que anticipa un invierno complicado para la ganadería, ante la escasez de forraje natural.
En relación al sorgo y maíz, De Souza indicó que, aunque algunas parcelas están listas para la cosecha, la humedad del suelo dificulta los trabajos, por lo que los productores aprovechan las pocas horas de sol disponibles para avanzar.
La situación pone a prueba la resiliencia de los pequeños productores, quienes reclaman mayor asistencia técnica y acceso a herramientas de mitigación. A corto plazo, las pérdidas ya repercuten en el ingreso de los productores y, a mediano, podrían incidir en la oferta y precio de varios alimentos en el mercado interno.