Un año más, se ha celebrado la cita más relevante de los banqueros centrales en Jackson Hole, entre el 24 y el 26 de agosto. En el punto de mira: Janet Yellen, presidenta de la Reserva Federal de EE.UU. y Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo. Sus palabras no dejaron entrever novedades sobre el futuro de la política monetaria.
En Jackson Hole se reúnen anualmente representantes de bancos centrales, de la industria financiera, ministros de finanzas, académicos y expertos en economía y finanzas. Desde hace 40 años es uno de los foros de debate sobre economía que más atención acapara.
‘Impulsar una economía global dinámica’ era el tema central de la reunión de este año. No obstante, lo que más interés despertaba era escuchar a los dos principales banqueros centrales del mundo por si daban alguna pista acerca de las respectivas políticas monetarias en Estados Unidos y la eurozona. Sin embargo, ninguno de los ponentes reveló grandes novedades. Por otra parte, sus palabras provocaron una subida del euro que no se veía desde enero de 2015, por encima de 1’19 dólares, según Bloomberg.
Janet Yellen comenzó su intervención con una referencia al décimo aniversario de la crisis financiera que afectó a la economía mundial, recordando las reformas que se llevaron a cabo. Recalcó, además, la madurez actual de los bancos y la importancia del papel de la reforma regulatoria financiera en el crecimiento económico. Sin embargo, en su opinión, el problema aún no está resuelto del todo y se comprometió en nombre de la Fed a seguir supervisando la estabilidad financiera.
“La capacidad de absorción de pérdidas entre los bancos más grandes es significativamente mayor, con el ratio de capital CET1 más que duplicándose desde principios de 2009 hasta ahora”, afirmó Yellen.
La experiencia, subrayó Yellen, ha hecho el sistema financiero algo más seguro, como se puede comprobar en las últimas pruebas de esfuerzo a la banca de Estados Unidos. En resumen, la economía está más protegida. Por otra parte, comentó la actual política de Donald Trump sobre la Ley Dodd-Frank, que limita los riesgos con mayor transparencia y estabilidad financiera. El presidente de EE.UU, por su parte, ha dejado caer quién podría ser el sustituto de Yellen en la Fed: Gary Cohn.
Por su parte, Mario Draghi puso el acento en la importancia de la cooperación multilateral. Aunque se centró también en la amenaza sobre la apertura comercial sobre el crecimiento global. “La zona euro experimentó de primera mano los riesgos de un marco de supervisión y regulación divergente para las finanzas transfronterizas. La seguridad se restableció elevando la supervisión y la resolución a nivel europeo con la unión bancaria”, señaló.
Además el propio Draghi afirma que no hay que repetir los errores de la crisis, y por ello, hay que asegurar el crecimiento constante a través de una economía global dinámica.
Las reacciones han sido variadas. Según Financial Times, el discurso del presidente del BCE sobre las bondades del euro se vió eclipsado por las palabras de Yellen. El diario británico destaca también el mutuo apoyo de ambos sobre ciertos temas como la regulación financiera y el libre comercio.
Mientras, Wall Street Journal apunta que el interés de Jackson Hole se dispersó hacia otros temas como las consecuencias económicas del huracán Harvey, entre las que se encuentra la bajada de precios por las expectativas de la demanda de petróleo a corto plazo.