Santander y BBVA son dos de los nueve bancos europeos que están promoviendo la adopción, en el Viejo Continente, de principios de responsabilidad social de manera generalizada en el sector financiero. Para ello, encabezarán una cumbre bancaria en Bruselas el próximo 5 de febrero destinada a dar a conocer esta iniciativa tanto al resto de entidades como a inversores y otros participantes del mercado, informó la prensa europea.

Junto a los dos mayores bancos españoles, promueven este encuentro Société Générale, ING, Barclays, BNP Paribas, Nordea y Piraeus Bank (Triodos Bank, firmante del acuerdo, no participa en este encuentro). Se suma además la FBE, que actúa como anfitriona del evento. También participará la Comisión Europea, a través de su vicepresidente, Valdis Dombrovskis.

Entre otros aspectos, los bancos impulsores de estos nuevos estándares de mercado darán a conocer los aspectos generales de los principios de banca responsable. También se abordarán los problemas estratégicos y prácticos sobre cómo adoptar este nuevo enfoque de negocio.

Principios de banca responsable

Los bancos juegan un papel esencial en la sociedad y la economía, dado su rol de financiadores. Los principios de banca responsable, seis en total, reconocen este papel y pretenden servir como herramienta para que las entidades puedan financiar la transición global hacia una economía más sostenible, entre otros factores.

El primer postulado compromete a las entidades a «alinear» su estrategia de negocio para que sea consistente con las necesidades de los individuos y los objetivos de la sociedad, tal y como éstos fueron fijados en el Acuerdo del Clima de París, de diciembre de 2015, cuyo objetivo básico es limitar el cambio climático reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero.

El segundo principio al que se obligan los bancos firmantes es «incrementar continuamente los impactos positivos a la vez que se reducen los negativos, gestionando los riesgos para personas y medio ambiente resultantes de estas actividades», según señala el documento firmado con Naciones Unidas. El tercer compromiso adquirido por los bancos les obliga a trabajar responsablemente con clientes y usuarios «para animarles a adoptar prácticas sostenibles», impulsando además para ello una prosperidad para las actuales y futuras generaciones.

Como cuarto requisito, los bancos firmantes de los principios se comprometen a tener en cuenta y consultar, de forma proactiva, a los conocidos como grupos de interés (reguladores, inversores, políticos, instituciones civiles…) que puedan verse afectados por sus decisiones y sus negocios.

La quinta práctica «responsable» que limitará la acción de los bancos firmantes del acuerdo será el compromiso de implementar estos principios al más alto nivel, modificando para ello la gobernanza de las entidades. Para demostrar que esta cultura se trasladará a todas las ramas de las entidades, se tendrán que llevar a cabo procesos de rendición de cuentas transparentes y se fijarán objetivos anuales medibles respecto a los impactos más significativos que se pretenden conseguir.

En este sentido, el sexto principio que integrarán los bancos que se sumen al acuerdo será la transparencia y la rendición de cuentas, sometiendo sus prácticas a constantes revisiones. Para ello, la entidades firmantes tendrán que dar a conocer sus logros en materia de prácticas responsables a los 14 meses de haberse sumado a la iniciativa. Posteriormente, la revisión de méritos será anual, y deberá medir tanto los impactos sociales positivos como los negativos a través de procesos y exámenes estandarizados para todo el sector.

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