Entre los rubros más importantes y de mayor demanda local se encuentran la acelga, berenjena, berro, brócoli, coliflor, cilantro, espinaca, lechuga, papa, pimiento, remolacha, repollo, tomate y zanahoria.

Todos estos rubros requieren de cuidados especiales para lograr una buena producción, y para ello; la aplicación de Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) es fundamental, además se recomienda el método de cultivos protegidos bajo invernaderos, para optimizar la producción y rentabilidad.

Una buena preparación del suelo es esencial, ya sea con abonos verdes de invierno, así como abonos orgánicos (obtenido de las bostas de animales de granja, preparados de compost, humus de lombriz, etc). Siempre se recomienda el abonado con productos orgánicos, pues son fáciles de obtener, son más económicos y amigables con el medio ambiente.

La siembra de los abonos verdes de invierno se efectúa desde abril hasta junio, debiendo dárseles preferencia a las siembras tempranas. Para abono verde se recomiendan los espaciamientos más estrechos posible (17 a 20 cm.), lo que generalmente hace necesaria la utilización de sembradoras de granos finos.

Las especies recomendadas como abonos verdes de invierno son: avena negra, el lupino amargo, el nabo forrajero, el girasol, el centeno, el triticale, el acevén, la arveja forrajera, la colza, entre otros.

Además de preparar el terreno es importante estar atentos a la aparición de enfermedades o plagas que afectan los cultivos, entre ellos podemos mencionar: marchitez bacteriana, cancro bacteriana, tallo hueco, mancha bacteriana, septoriosis, moho blanco, mal del talluelo, fusariosis, moho gris, podredumbre de sclerotium, que afecta principalmente al tomate y al locote.

La causa más importante de aparición de las enfermedades del suelo es el cultivo sucesivo de los mismos rubros, pasibles de ser atacadas por los mismos patógenos. Los microorganismos patógenos que se han desarrollado en la planta quedan en el suelo junto con los restos del cultivo; una vez que las enfermedades se originan, el grado de su ataque aumentará cada año y dificultará más y más el control porque el poder del control de los fungicidas se reducirá. La efectividad del control de las enfermedades depende en gran medida de la rotación de cultivos.

Se debe evitar el cultivo sucesivo y dedicar esfuerzo al cuidado sanitario del campo para controlar la erradicación de gérmenes patógenos del suelo, como por ejemplo realizando el tratamiento adecuado de los residuos del cultivo para reducir de esta forma la densidad de estos patógenos en el campo.

El Ministerio de Agricultura y Ganadería, a través de su Dirección de Extensión Agraria, brinda asistencia mediante 20 Centros de Desarrollo Agropecuario (CDA), distribuidos en todo el país; con técnicos extensionistas capacitados y al servicio de los productores que requieran de orientaciones específicas sobre algún rubro de producción, desde la preparación del suelo para el cultivo hasta su comercialización final.

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