Por Lic. Liz Maria Aguiar Oviedo (*)

La obesidad es un problema que afecta en diferentes grados a un elevado porcentaje de la población y con mayor índice de prevalencia a nivel mundial. Es así que en 1997 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que la obesidad se había convertido en una epidemia mundial.

La obesidad mórbida está asociada a complicaciones físicas y psicológicas que afectan directamente a la calidad de vida de los pacientes, la prevalencia es en mujeres más que en varones y aumenta a medida que avanza la edad. Como tratamiento eficaz se encuentra la cirugía bariátrica; para dicho proceso se requiere la participación de un equipo multidisciplinario conformado por diferentes especialistas entre ellos el psicólogo, ya que para seleccionar a los candidatos que pueden ser sometidos a una cirugía bariátrica se necesita una serie de evaluaciones y guías psicológicas previas a fin de evitar complicaciones futuras.

Para poder entender la complejidad que reviste la obesidad, es importante estudiar las causas y consecuencias de las variables ya sean culturales o psicológicas. De hecho, la obesidad no es considerada una enfermedad mental propiamente; pero la ingesta excesiva de alimentos puede estar relacionada a hechos estresantes o situaciones emocionales que afectan directamente a la misma incidiendo en forma directa en la calidad de vida del paciente.

Teniendo en cuenta la complejidad de la cirugía y a fin de garantizar una buena evolución del paciente, se requiere una exploración integral del mismo. Por lo tanto, el equipo multidisciplinario debe trabajar de manera coordinada, ya sea en cuanto a su preparación orgánica, nutricional y psicológica; como así también la elección de la técnica quirúrgica más adecuada.

La mayoría de los pacientes con obesidad relacionan la cirugía bariátrica como una cirugía estética, lo cual llevan como motivación principal el cambio en la imagen corporal. Pero a pesar de que lo estético es importante, es primordial tener en claro que el objetivo principal del tratamiento es la pérdida de peso para mejorar los problemas de salud relacionado a la obesidad.

Lo que se busca con la evaluación psicológica a pacientes con obesidad mórbida es atender las características y peculiaridades de cada paciente candidato a ser intervenido. Principalmente, se evalúa la estabilidad psicológica, expectativas realistas sobre la intervención, la motivación, el compromiso con el proceso terapéutico y el adecuado apoyo familiar, teniendo en cuenta que ya se ha demostrado que el éxito a largo plazo se logra con aquellos pacientes que cuentan con un sólido apoyo ya sea en lo físico como en lo emocional (familia y amigos).

Con la terapia psicológica se busca establecer la relación efectiva con el paciente, orientar al paciente sobre el tratamiento, aumentar la motivación, establecer el monitoreo de hábitos alimenticios, evaluar la cantidad que se consume normalmente, estableciendo la adhesión a los principios de una alimentación saludable para de esta manera lograr un nuevo patrón de alimentación, entrenar en el manejo de la comida fuera de la casa, vacaciones y ocasiones especiales. Asimismo, se busca que el mismo sea consciente de las implicaciones de someterse al procedimiento y del compromiso que debe tener con el seguimiento de las indicaciones médicas, sobre todo en el sentido del cumplimiento de la dieta postoperatoria, todo eso con el objetivo de reducir al máximo el riesgo de complicaciones.

(*) Psicóloga Clínica

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