El barril de petróleo europeo, el Brent, rozó los 93 dólares durante este miércoles que le permite marcar un nuevo máximo intradía en el año, aunque la publicación del dato de inflación en Estados Unidos en 3,7% interanual suavizó el impulso en el precio del crudo. Y la referencia del mercado estadounidense estuvo a punto de romper la barrera de los 90 dólares.

La negociación de la materia prima refleja la posibilidad de nuevos recortes de oferta por parte de la organización de países exportadores de petróleo que lideran Arabia Saudí y Rusia (OPEP+) y que dispara la otización del oro negro. Y, por otra parte, está la hoja de ruta que baraja la Reserva Federal para que los precios del combustible no levanten de nuevo la inflación en el país y que se traduce en un alza de los tipos de interés que enfría el crecimiento y el consumo.

«Asia lidera el crecimiento de la demanda mundial de energía a la par que China aumenta sus reservas de petróleo», explicaron desde BofA quienes también se hacen eco de la posibilidad de que la OPEP+ extienda sus recortes de petróleo este año para mantener el déficit de petróleo en el mercado y así controlar los precios en la línea de los actuales.

La demanda prevista por la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en ingles) para el 2023 no se ha visto alterada hasta la fecha a pesar de los miedos a una estanflación que hundiría la demanda de petróleo y provocaría el desplome del Brent,  que sube un 7,2% en 2023. Para la IEA el verdadero riesgo de ver el precio del petróleo por encima de los niveles actuales, en máximos no vistos desde noviembre de 2022, también está en la alianza saudí-rusa. «Esto está demostrando ser un desafío formidable para los mercados petroleros», expresaron desde la agencia creada y financiada desde la OCDE.

La demanda mundial de petróleo se situará en 1,5 millones de barriles diarios por encima de los vistos en el primer semestre del año, según la IEA, de manera que la reducción de la oferta extendería el déficit del petróleo disponible para el mercado visto hasta la fecha un más de un millón de barriles diarios.

¿Un repunte más allá del corto plazo?

Sin embargo, y a pesar de que se pueda producir un repunte de los precios del combustible en el corto plazo, el consenso de mercado que recoge Bloomberg no espera que al cierre del 2024 el Brent se sitúe sobre los 100 dólares. De hecho, el precio medio durante el próximo ejercicio estaría en los 85,5 dólares (bajo los precios actuales) y en los 79,8 para el 2025.

«Los precios del petróleo en los niveles actuales parecen desafiar la dinámica fundamental, pero es poco probable que China contribuya mucho al crecimiento de la demanda mundial de petróleo en el futuro, dados sus desafíos económicos y su rápida transición energética», explicó el analista de Julius Baer, Norbert Rücker. El experto apunta a su vez que la política de las naciones petroleras tenderá a reiniciarse más pronto que tarde.

Para Bank of America (BofA), los recortes de la oferta de crudo que ha realizado la OPEP+ ha sido el principal impulsor del precio mientras la demanda no se resiente en el mercado asiático. Esto permite a los analistas del banco de inversión vaticinar un precio por encima de los 100 dólares por barril antes del 2024, según recoge Reuters. Es decir, el Brent aún podría subir otro 8,5% este año que doblaría la evolución actual.

Fuente: EL ECONOMISTA

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