Molienda de soja aumentó más de 150.000 toneladas en primer semestre del 2025, según informó Cappro
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Al cierre del primer semestre del año la molienda acumulada de soja llegó a 1.648.918 toneladas, un registro que representa un aumento de más de 150 mil toneladas con relación al promedio para este periodo en los últimos tres años sin sequía, según un informe elaborado por la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (CAPPRO).
Sin embargo, la variación interanual sigue siendo negativa, aunque la diferencia se ha recortado si lo comparamos con el acumulado del mes pasado.
Esta afirmación se mantiene tanto al analizar el comportamiento en soja como en los demás granos procesados.
En el segundo semestre del año se espera que la molienda se mantenga a un buen ritmo y consiga superar la variación negativa en la comparación interanual de los acumulados que se registraron hasta el momento, esto debido principalmente a la disminución de la presión internacional por la compra de soja paraguaya por la estabilización de algunos factores importantes en la Argentina, principal mercado para nuestra soja en estado natural, con lo que se generarían más ingresos para nuestra economía, por aumentarse la producción y comercialización de bienes de mayor valor.
Aprovechamiento mejora y alcanza 78%
Si comparamos la molienda de soja acumulada al cierre del primer semestre y la capacidad instalada en el mismo periodo, nos encontramos con que la utilización del complejo industrial fue del 78%, registro que implica una mejora de dos puntos porcentuales frente a lo registrado al cierre del mes de mayo.
Si contrastamos este porcentaje con lo que se había conseguido, en promedio, al cierre del primer semestre en los últimos tres años en que se registró una cosecha normal (sin el impacto de una sequía importante), el incremento es incluso más significativo, llegando a siete puntos porcentuales.
Considerando la expectativa actual de mantener un buen ritmo de industrialización para lo que queda del año, este indicador iría incluso mejorando en los próximos meses, lo que permitirá un mayor aprovechamiento en la actividad industrial más importante del país en términos de Inversión Extranjera Directa.
Complejo soja exportó por US$ 2.095 millones el primer semestre
Las exportaciones del complejo soja -granos y sus derivados industriales- al cierre del primer semestre del año alcanzaron US$ 2.095,85 millones.
Con este acumulado, la cadena de valor de la principal oleaginosa del país representa el 38% de todas las exportaciones del país.
Con respecto al año anterior, las divisas generadas se redujeron un 25%, mientras que la participación en el total de exportaciones fue 9 puntos porcentuales inferior.
Estas modificaciones se explican por el menor volumen exportado (en línea con una cosecha inferior al récord establecido en la campaña anterior), pero también por precios internacionales menos favorables.
La industria aceitera y las agroindustrias en general son claves, no solo para generar más exportando productos de mayor valor, sino también porque ofrecen un flujo de ingreso mucho más estable a lo largo del año que la exportación de materias primas.
Industria aceitera ingresó unos US$ 590 millones en divisas a junio
La industrialización de soja ha generado US$ 588,90 millones en los primeros seis meses de este año.
Así, los productos industrializados representaron un 28% de lo generado por las exportaciones de la principal cadena de valor para el país. Si comparamos este registro con el mismo periodo del 2024 se observa una diferencia de -5%.
La participación industrial representa un incremento de seis puntos porcentuales frente a lo conseguido en el mismo periodo del año pasado, lo que refuerza la posición clave que ocupa el sector para la economía nacional.
Con una molienda que se espera se mantenga en niveles normales por lo que queda del año y el importante volumen ya enviado al extranjero, el porcentaje industrial debería ir en aumento.
Al concentrarse las exportaciones de granos en el periodo inmediatamente posterior a la cosecha, la estabilidad que ofrece la industrialización ayuda a dar mayor previsibilidad a toda la cadena de valor
Exportaciones agroindustriales superan a productos primarios
Al cierre del primer semestre del 2025 las “manufacturas de origen agropecuario” se posicionaron como el principal sector exportador del país, superando lo conseguido por la exportación de productos primarios, según los datos del BCP, consolidando la posición de gran relevancia que ocupa la agroindustria en la economía nacional.
Esta situación es algo casi sin precedentes para esta altura del año (más aún si no existen problemas climáticos). Los grandes impulsores de este resultado fueron dos: el incremento de la exportación de carne bovina y, en menor medida, de aceite de soja; y, la menor salida de granos de soja en estado natural.
Además de reafirmar su importancia, los datos muestran el potencial que tiene la agroindustria para seguir creciendo y generando divisas y empleos, ya que el cambio de posición se da con una utilización todavía limitada de segmentos claves, como la industria aceitera.
Pasar del grano a los alimentos y la energía premium es el salto que el país necesita
El Paraguay se encuentra todavía en un punto muy importante de su historia económica, donde hay todavía una oportunidad única para consolidar su posición como potencia global en la producción de alimentos y energía de primer nivel para cubrir la creciente demanda mundial tanto en los mercados ya consolidados como en los emergentes.
Actualmente ya tiene una producción de soja que ubica al país entre los principales productores y exportadores mundiales del grano, al tiempo que cuenta con unos USD 1.000 millones invertidos en infraestructura industrial para agregar valor a esta oleaginosa, por lo que el talento y los recursos ya están ahí para dar un gran salto e incluso atraer más inversiones en otras industrias conexas (biocombustibles, alimentos balanceados, cría de ganado menor, entre otros).
Para consolidar esto lo que se necesita es una política industrial clara, previsible y decidida que permita transformar esa materia prima en valor agregado local de manera sostenible.
En 2024, apenas el 25% de la soja producida fue procesada localmente, mientras que el 75% fue exportada como grano sin valor agregado.
Esta brecha representa un desperdicio de oportunidades para fortalecer la competitividad del país, generar empleo durante todo el año y dinamizar servicios vinculados como la logística, el comercio, entre otros.
Esto se debe principalmente a obstáculos estructurales que erosionan la competitividad del sector frente a las fábricas de otros países (que cuentan con esquemas de incentivos para comprar materia prima desde cualquier país); sobre todo esto buscamos trabajar con las autoridades nacionales, ya que estamos convencidos de que la única forma de dar este gran salto es con un trabajo mancomunado entre el sector público y el privado para desarrollar una estrategia articulada que permita aprovechar nuestras ventajas comparativas.
Estamos convencidos de que la consolidación de la agroindustria no solo es viable, sino urgente por ser quizás la mejor oportunidad que tiene el país para generar niveles de crecimiento económico que nos permitan conseguir los objetivos marcados en el Plan Nacional de Desarrollo.
El momento es ahora: lo que Paraguay necesita es un golpe de timón que dé certidumbre a largo plazo, derribe las barreras estructurales que existen y propicie una mayor integración de las cadenas de valor. Solo así podremos aprovechar la oportunidad histórica que tenemos delante.