Christine Lagarde, ministra de Finanzas con Nicolás Sarkozy en pleno estallido de la crisis financiera de 2008 en Francia, y directora-gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) sucederá a Mario Draghi como presidenta del Banco Central Europeo a partir del próximo 31 de octubre.

 Pese a que Lagarde ya había sonado hace meses para asumir este puesto, ella misma pareció autodescartarse al recordar que tenía un «mandato» en el FMI. Sin embargo, este martes cambió de opinión: «Estoy honrada de haber sido nominada a la presidencia del BCE. Debido a esto, y tras consultar al Comité de Ética y el directorio ejecutivo, he decidido renunciar temporalmente a mis responsabilidades como directora gerente del FMI durante el proceso de nominación», indicó en un comunicado.

Abogada de formación llegó al FMI en 2011, sucediendo al ahora polémico Dominique Strauss-Kahn y en medio de la crisis de la deuda soberana europea. Solo unos meses después, una corte francesa ordenó una investigación a Lagarde por su rol en un arbitraje valorado en 403 millones de euros en favor del empresario Bernard Tapie mientras era ministra, aunque fue exonerada.

Fuente: El Economista

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