El vicepresidente saliente del Banco Central Europeo (BCE), Vitor Constancio, ha descartado que la institución salga al mercado comprando de urgencia deuda italiana, cuando se le ha preguntado si Frankfurt intervendría si fuera necesario por el alto coste que está alcanzado la deuda italiana por la inestabilidad política.

«Cualquier intervención del Banco Central Europeo para ayudar a Italia en caso de problemas de liquidez debe cumplir el mandato del banco y ciertas condiciones», ha dicho en una entrevista Constancio a la revista Spiegel, recogida por Reuters.

«Italia conoce las reglas y quizás necesite volver a leerlas», ha explicado Vitor Constancio, cuando se le ha interpelado sobre la posibilidad de que el BCE active medidas extraordinarias para evitar problemas de liquidez a Italia.

El país se ha metido en un serio problema al dispararse los intereses de su deuda, cuando su endeudamiento supera el 130% del PIB, y el mercado ha comenzar a dudar de su solvencia tras años sin adoptar medidas para corregir sus desequilibrios.

A Constancio se le ha preguntado directamente por las OMT (Compras Monetarias Directas que corresponde a Outright Monetary Transactions), intervenciones diseñadas para comprar bonos hasta a tres años, pero condicionado a que los países que la reciban estén acogidos a los programas de ayuda financiera de la Unión Europea. Una situación en la que no se encuentra Italia.

Constancio ha advertido a Italia de las consecuencias de una nueva crisis de la deuda soberana si el país abandona la disciplina fiscal y la contención del gasto público. «Cuando en 2012 los mercados financieros atacaron el país se mostró que los mercados pueden ser muy volátiles en sus percepciones y cambiar rápida y abruptamente la estimación de riesgo para un deudor, a veces con consecuencias graves» ha indicado.

Constancio, que el próximo viernes será sustituido como vicepresidente del BCE por el español Luis de Guindos, ha apuntado que, tras la crisis de la deuda de 2012, los países del sur han hecho lo suficiente para curar las heridas de la unión monetaria.

«Se ha hecho mucho, todos los países implicados han reducido sus deudas y tienen entretanto un superávit en su balanza de pagos, es un inmenso cambio», ha asegurado.

Ha recalcado que la eurozona ha «aprendido de la crisis» pero que faltan aún un par de pasos para reparar la unión monetaria: una «mucho más estrecha coordinación» de la política presupuestaria y un fondo de estabilización que pueda amortiguar los golpes, además de la conclusión de la unión bancaria.

400.000 millones para refinanciar

El gobernador del Banco de Italia, Ignazio Visco, ha advertido este martes de que el país está a «muy pocos pasos» de perder el activo de la confianza, en un contexto en el que la economía transalpina afronta una de sus peores crisis institucionales que ha desencadenado una ‘ola’ de tensiones ante la posibilidad de una victoria del frente euroescéptico.

«No debemos olvidar de que estamos a unos pocos pasos del riesgo muy grave de perder el activo irreemplazable de la confianza», ha alertado Visco en un discurso pronunciado en la reunión anual de la institución monetaria, asegurando que cualquier medida que debilite la finanzas públicas podría socavar la confianza y ‘echar por tierra’ años de reformas económicas.

«Para consolidar los resultados alcanzados, lograr un mayor progreso y reducir las debilidades estructurales, hay que seguir adelante con la agenda de reformas», ha subrayado el banquero, poniendo en evidencia, no obstante, la elevada deuda pública italiana, que considera un elemento de «restricción» y la principal fuente de «vulnerabilidad» para la economía.

Esta situación expone al país a una crisis de confianza, especialmente peligrosa cuando, además de cubrir las necesidades anuales de endeudamiento, grandes volúmenes de títulos con vencimientos próximos deberán ser refinanciados», ha apuntado. El volumen de títulos que deben ser refinanciados en conjunto en Italia asciende a unos 400.000 millones de euros anuales, según datos del banco.

«Hay que subrayar una vez más que no hay atajos en el recorte de la deuda. Una gran parte de los ahorros financieros acumulados de parte de los italianos deben ser utilizados para respaldar los 2,3 billones de euros que conforman nuestra deuda pública. Si el valor de su riqueza se ve puesto en peligro, los italianos huirán buscando refugio en otro lugar. Los inversores extranjeros seguirán su ejemplo pero aún más rápido», ha alertado.

«La crisis financiera que se produciría mancharía la reputación de Italia para siempre», ha proseguido Visco, aseverando que el país no es que esté limitado por las normas europeas, sino por la lógica económica y la obligación de no comprometer el futuro de las próximas generaciones.

Fuente: elEconomista

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