Los futuros de petróleo acumulan dos jornadas consecutivas de descensos que han vuelto a llevar el precio del barril de Brent, referencia en Europa, por debajo de los 85 dólares. El periódico español El Economista, publicó hoy miércoles que el crudo ha retomado las caídas pese al optimismo de la OPEP (vaticina un mercado más tenso y prieto este año) y las sanciones de Occidente  sobre Rusia, que llevan ya más de una semana en pleno funcionamiento (en cuanto a los derivados) y más de dos meses en lo que al petróleo crudo se refiere. Los expertos, que hace no mucho vaticinaban un año apocalíptico para el crudo, ahora empiezan a desinflar esta previsión a la vista de los planes de Rusia de seguir produciendo crudo como si nada pasara y ante el incremento de los inventarios, que vuelven a crecer en EEUU.

Por un lado, las sanciones occidentales sobre Rusia no parecen estar haciendo mucho daño a la producción de petróleo hasta el día de hoy. Es más, este martes, la agencia Bloomberg publicaba que Rusia había perforado la mayor cantidad de suelo en más de una década para extraer más petróleo. Se estima que sumando la profundidad de todo el suelo perforado se habían superado los 28.000 kilómetros, una auténtica barbaridad.

Este es un plan un tanto contradictorio, puesto que Moscú anunció hace unos días que recortaría la producción de crudo en 500.000 (pegarse un tiro en el pie) mientras que sus planes de inversión buscan producir mucho más crudo.

Las empresas rusas trabajan como si algo grande se estuviera gestando en el mercado de crudo (como si fueran a hacer su agosto). Las firmas rusas han explorado y perforado sus yacimientos al mayor ritmo en más de una década, con pocas señales de que las sanciones internacionales o la marcha de algunas de las principales empresas occidentales hayan dañado directamente estas inversiones conocidas como operaciones upstream.

Este tremendo gasto en inversión (perforación y exploración) no tendría ningún sentido si Rusia fuera incapaz de vender ese petróleo. Este movimiento, que supone un claro desafío a Occidente, deja entrever que Moscú tiene planes para seguir vendiendo su petróleo crudo.

La ayuda de China y la India

Por ahora, China y La India se han convertido en sus grandes clientes. Todo el petróleo que estos dos países están comprando a Rusia libera el crudo que anteriormente compraban a los países de la OPEP. Ese crudo de Oriente Medio fluye ahora hacia Europa, en gran medida. Más que una reducción de la producción global de crudo, se está produciendo una revolución en los flujos de petróleo y derivados.

La agencia Reuters confirmaba esta semana estas operaciones y destacaba que China estaba ayudando a Rusia a mover su petróleo con Very Large Crude Carrier (VLCC), que son petroleros que cargan entre dos y 2,5 millones de barriles de crudo. Transportar el petróleo y derivados en estos grandes barcos reduce sobremanera los costes respecto a hacerlo en pequeñas embarcaciones (Aframax) que son las que posee Rusia.

«Con los precios del crudo de los Urales muy por debajo del límite de precios establecido por Occidente, el negocio de comprar y comercializar el petróleo de los Urales es esencialmente legítimo», asegura un ejecutivo de una empresa china involucrada en los envíos que ha conversado con Reuters. Rusia también está moviendo cerca de 180.000 barriles por día de crudo en las costas de Ceuta, realizando trasvases de crudo de barcos pequeños a buques más grandes para llevar el petróleo a Asia y África.

Mientras EEUU y Europa intentan ahogar los ingresos energéticos de Moscú para limitar su capacidad de financiar la guerra de Ucrania, Rusia se ha movido rápidamente para desviar las exportaciones de petróleo desde Europa a Asia, sobre todo.

La propia Agencia Internacional (AIE) de la Energía mostraba su sorpresa con los datos de producción de petróleo ruso en el informe mensual de febrero: «A pesar de la prohibición de importación de la UE y el tope de precios del G7, la producción rusa solo cayó en 30.000 barriles diciembre (sigue produciendo alrededor de 10 millones de barriles diarios con los recortes de la OPEP+ incluidos). Las exportaciones de crudo cayeron debido a las nuevas sanciones impuestas, pero Rusia aumentó el rendimiento de las refinerías y parecía haber almacenado volúmenes de crudo significativos para mantener abiertos los grifos». Las estadísticas muestran que la producción de crudo de Rusia se mantiene. El gran descenso de 2020 fue consecuencia de la crisis del covid y los recortes impuestos por la OPEP+.

Los inventarios suben en EEUU

Warren Patterson y Ewa Manthey, analistas de materias primas de ING, añaden que «los precios del petróleo están bajando ante el anuncio de EEUU de liberar más reservas estratégicas de crudo». Washington venderá unos 26 millones de barriles más para cumplir con lo prometido y que dejará las reservas en 345 millones de barriles, la cifra más baja desde 1980 (estas reservas estratégicas son independientes de los inventarios comerciales de crudo). El año pasado ya vendieron 180 millones para controlar la subida de los precios y ayudar en el suministro al resto del mundo una vez que se habían establecido los vetos a Rusia.

Además, «el mercado de crudo sigue cotizando con caídas esta mañana después de que se publicaran algunos datos de inventarios que han golpeado al mercado durante la noche. Los inventarios de petróleo crudo de EEUU aumentaron en 10,51 millones de barriles, mientras que los inventarios de petróleo crudo de Cushing aumentaron en 1,95 millones de barriles. Para productos refinados, las existencias de gasolina y fuel oil destilado aumentaron en 846.000 barriles y 1,7 millones respectivamente», según la nota de ING.

El optimismo de la OPEP

Por el lado opuesto están las previsiones de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que revisaron al alza su previsión sobre la demanda mundial de petróleo en 2023, al estimarla en 101,87 millones de barriles diarios, los que supone un 2,33% más que en 2022, según su informe mensual.

Ese crecimiento interanual se convierte en aumento del consumo en 2,32 millones de barriles con respecto al promedio de 99,55 mbd registrado el año pasado, es superior en 100.000 barriles respecto al estimado hace un mes, según revela la OPEP en su informe mensual.

La corrección al alza es atribuida principalmente a la recuperación económica de China, que a su vez mejoraría las perspectivas en otras regiones. No obstante, por ahora parece insuficiente para evitar que el petróleo sigan cayendo en los mercados de futuros.

Por otro lado, el nuevo informe (del mes de febrero) de la AIE también señala que China representará casi la mitad del crecimiento de la demanda de petróleo de este año. El mercado sufrirá turbulencias, mientras que en la primera mitad del año se espera que haya superávit de producción (se producirá más petróleo del que se consume), en la segunda mitad de 2023 puede haber déficit de crudo.

«Se proyecta que el suministro de la OPEP+ se contraerá con Rusia presionada por las sanciones», según la agencia con sede en París en su informe petrolero mensual. «Parece que la oferta mundial de petróleo superará la demanda durante la primera mitad de 2023, pero el equilibrio podría cambiar rápidamente a un déficit a medida que la demanda se recupera y se cierre parte de la producción rusa».

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