En un país como Paraguay, que no invierte mucho en investigación, no solo en el sector agropecuario, sino en la ciencia en general, la alternativa para contrarrestar esa falencia es crear redes tanto a nivel local como internacional, destacó el líder del Programa Nacional de Investigación del Trigo y consultor de Capeco, Dr. Mohan Kohli, durante el conversatorio organizado por la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco) “Explorando Ciencia y Formando Recursos Humanos”, realizado recientemente en Asunción. Resaltó, además, que el desafío para el nuevo Gobierno es aumentar la inversión en la ciencia, así como erradicar la lentitud y la burocracia de las instituciones ligadas a este segmento.

Durante el conversatorio, que contó con la asistencia de más de 110 personas y reunió a destacados profesionales de instituciones ligadas a la investigación, que expusieron los trabajos desarrollados en torno a malezas, plagas, enfermedades y respuesta a condiciones adversas del cultivo de trigo, dentro del marco del Programa Nacional de Investigación del Trigo (alianza público-privada entre Capeco, IPTA e Inbio), el Dr. Kohli inició la jornada de exposiciones con el tema “Redes nacionales e internacionales de investigación en trigo”, ocasión en la que expresó que además de desarrollar variedades, principal objetivo del programa, se hizo un gran esfuerzo para tratar de crear redes.

“Hicimos un esfuerzo para salir y tratar de crear redes no solo con las universidades, sino también con el sector productivo, las cooperativas, sector semillero y sector molinero. Entonces, recogemos un gran apoyo de estas instituciones para desarrollar lo que actualmente estamos haciendo y eso permite que nuestras investigaciones no sean solo las aplicadas, que generalmente van al campo, para el productor, sino que también tratan de responder las preguntas que siguen surgiendo como qué tipo de calidad tiene el trigo que se produce en el país”, explicó el Dr. Kohli.

En este sentido, para ejemplificar cómo funciona el trabajo en red, mencionó que para responder esa pregunta se necesita un laboratorio y si el sector público no lo tiene, entonces se busca en el sector privado, de modo a realizar los ensayos para verificar la calidad del trigo.

Sobre este aspecto, destacó que actualmente el trigo que se está produciendo a nivel nacional no solo es mejorador para nuestro país, sino que también para exportar.

Otro ejemplo del trabajo en red que mencionó es cuando el productor dice: “mi trigo es susceptible, qué enfermedad tiene”. Dijo que se le puede dar el nombre de la enfermedad, pero para saber más detalles se necesita investigar. “Entonces, tratamos de ver a qué cepa corresponde, qué diversidad hay dentro de cada enfermedad y no solo eso, sino también si una variedad es resistente a toda la diversidad de una enfermedad o no”, explicó.

Agregó que lo mismo ocurre cuando se habla del cambio climático. “Si queremos saber si va a haber sequía o lluvia, entonces vamos a tratar de crear un programa con alguien, en este caso con Canadá, con Uruguay, con Argentina, con Chile, que nos dé una idea de lo que está pasando. Si podemos hacer un estudio genético para ver cuáles son las variedades que se van a adaptar de aquí a 10 años a altas temperaturas o a las sequías, qué características deben tener, entonces para poder hacer ese trabajo vamos a necesitar redes”, enfatizó.

Destacó que individualmente Capeco, Inbio e IPTA están haciendo investigaciones para responder a ciertas preguntas y para poder aumentar la producción del trigo; sin embargo, recalcó que “hay que crear redes para contestar otras preguntas que hoy no se están respondiendo y eso creo que es nuestro secreto”.

Desafíos en el cultivo del trigo: Primeramente, expresó que el principal desafío en la actualidad es cómo incrementar el rendimiento del trigo ante el aumento de la temperatura que se está experimentando. En segundo lugar, saber qué va a pasar con todas las enfermedades que están apareciendo y tres, qué va a pasar con el área de siembra del trigo, si Paraguay sigue calentándose más, es decir, hasta cuándo vamos a seguir produciendo trigo.

Desafío del nuevo Gobierno: “Hay que tratar seriamente de comprometerlo con la ciencia, poner más dinero en la ciencia, capacitar a los recurso humanos que son fantásticos, crear centros de excelencia, tratar de darle oportunidad a la gente para que vaya afuera y pueda crear esas redes con EE.UU., con Australia, con Europa, y tratar de que los proyectos presentados por los técnicos paraguayos sean evaluados y financiados rápidamente por las instituciones correspondientes y que estén en línea con las prioridades nacionales. Lo que va en contra de la ciencia es la lentitud y la burocracia”, concluyó.

El conversatorio contó con el apoyo y la participación del Instituto Paraguayo de Tecnología Agrícola (IPTA), el Instituto de Biotecnología Agrícola (Inbio), el Centro Multidisciplinarios de Investigaciones Tecnológicas (CEMIT), dependiente de Dirección General de Investigación Científica y Tecnológica de la UNA, y del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

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