El secretario de Economía mexicano asegura que el acuerdo multilateral «no se está tambaleando». Los puntos más sensibles del TLCAN, las reglas de origen y el sistema de resolución de conflictos.

Mientras el secretario de Economía de México, Ildefonso Guajardo, determinó en televisión que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte «no se está tambaleando», los negociadores de su país junto con los de Estados Unidos y Canadá se disponían en su ya tercera jornada de reuniones, a seguir diseccionando algunas de las bautizadas como líneas rojas, como las reglas de origen o el sistema de resolución de conflictos.

Con los jefes negociadores en sesión continua, entre los que se incluyen Kevin Smith Ramos, por la parte mexicana, John Melle del lado estadounidense y Steve Verheul, en representación de Canadá, las distintas mesas negociadoras distribuidas en el Hotel Marriott de Wardman Park, en Washington, intentaron no hacer detonar las minas más sensibles del TLCAN.

Como aseguraron fuentes cercanas a estas negociaciones, en esta primera ronda, se busca un acercamiento conceptual donde se conozcan las posturas de los tres países, en cuestiones peliagudas como las reglas de origen así como en otras donde la sinergia es más evidente.

El representante comercial de EEUU, el embajador, Robert Lighthizer, dejó claro el pasado miércoles que la Administración Trump busca incrementar los contenidos regionales requeridos para que los productos puedan comerciar entre los tres países libres de tarifas y aranceles. Un mensaje dirigido a la industria automotriz, donde el equipo estadounidense quiere imponer un contenido importante de piezas made in America.

Sin embargo, sus contrapartes mexicano y canadiense, así como la propia industria automovilística de EEUU, quieren tratar este asunto con extrema cautela para no destartalar la cadena de valor construida a lo largo de 23 años de TLCAN. «Las reglas de origen que vayan en contra de la competitividad no tienen sentido», indicaron funcionarios implicados en las negociaciones, que señalaron que en el caso mexicano, la posibilidad de revisar reglas de origen no es descartable siempre y cuando se vea producto por producto y se tengan en cuenta su procedencia, precio y calidad entre otros factores.

Al respecto, estas fuentes consideran que exigir a un producto determinado que cuente con un porcentaje de contenido de un país específico «va en contra de la propia idea» que defiende el TLCAN.

Para el sector privado, el asunto de las reglas de origen, especialmente para los fabricantes de coches es un asunto crítico. Matt Blunt, presidente del Consejo Americano de Política Automovilística, que representa a compañías como General Motors, Ford o Fiat Chrysler, avisó que «un requisito específico de EEUU complicaría la capacidad de las empresas de aprovechar los beneficios del TLCAN».

Bajas expectativas

Otras líneas rojas como el sistema de resolución de conflictos, representado en el Capítulo 19, también se abordó de forma colaborativa. Donde no parece que existe una mesa específica es en el área del déficit comercial. EEUU presiona para implantar cambios con sus dos socios comerciales que resulten en una reducción de su brecha comercial con ambos países, pero tanto Canadá como México consideran que este desequilibrio macroeconómico es un resultado del bajo ahorro estadounidense.

Dicho esto, cuando el domingo los negociadores emitan su comunicado común, las expectativas deben ser bajas, ya que el documento no reflejará detalles sobre acuerdos sino que sentará la hoja de ruta para el resto de la negociación.

Fuente: El Economista

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