BBVA ha perdido una batalla judicial en Estados Unidos por una operación de hace ocho años. La filial del grupo español, Compass, fue condenada a mediados de diciembre a pagar 98 millones de dólares (83 millones de euros al cambio actual) después de que un juzgado de Dallas haya fallado en contra de sus intereses en una transacción irregular, según una publicación de la fecha del periódico español El Economista.

Fuentes del banco destacan que están contra la decisión y no descartan apelar, al considerar que es «injusto» el veredicto.

Según la sentencia, BBVA Compass deberá abonar 37,86 millones de dólares al impulsor de la demanda, el promotor inmobiliario David Bagwell y otros 20,16 millones de dólares para distintas empresas de este último. Además, deberá desembolsar otros 40 millones de dólares por daños punitivos.

La demanda, que fue presentada en 2014, se deriva de los esfuerzos de Bagwell durante la crisis financiera y la recesión inmobiliaria de 2008-2009 para modificar las condiciones de un préstamo concedido a tres de sus compañías. Su abogado Derrick Boyd, del bufete de abogados de Texas Boyd, Powers & Williamson, presentó pruebas que implicaban a uno de los directivos de BBVA Compass, el vicepresidente Sam Meade. Éste engañó repetidamente al empresario para que creyera que los créditos estaban siendo renovados. Basándose en esas promesas, Bagwell no buscó una financiación alternativa.

El jurado, que es el que determinó el veredicto, escuchó durante el juicio testimonios de que el banco estaba negociando simultáneamente en secreto para vender los préstamos con un descuento considerable a un tercero. Después de adquirir los préstamos con descuento, este ejecutó las garantías asociadas a la financiación y las compañías de Bagwell quebraron.

«Los correos electrónicos de Compass fueron claves», señaló el abogado a la prensa local tras conocerse la sentencia. «Pudimos demostrar que mientras Bagwell trataba activamente de trabajar con el banco para mantener la operativa de sus empresas, BBVA Compass lo engañaba y trabajaba a sus espaldas para vender su deuda a un competidor», consideró.

Otros litigios

En la actualidad, la filial del grupo español se enfrenta a otros litigios en los tribunales. Según reconoce en su últimas memoria de resultados, la franquicia tiene abiertos frentes con distintas empresas, entre ellas Sunedison por su quiebra. En todas considera que tiene argumentos de defensa claros, por lo que defiende sus intereses.

A lo largo de 2017 ha recibido tres demandas nuevas, una de ellas relativa a la colocación de acciones de la farmacéutica Teva; otra, vinculada a reclamos falsos por parte de cobros de la administración pública; y la tercera, sobre protección de los consumidores.

BBVA Compass opera principalmente en los estados del sur de norteamérica, fronterizos con México. Ostenta cuota de mercado relevante en Texas y California.

La sentencia se produce un mes después de que el presidente de la filial, Manuel Sánchez -un histórico del banco español- haya dejado su cargo y se haya jubilado.

La marcha de Sánchez, tras 25 años en el grupo, coincide con la llegada reciente a Compass del turco Onar Onç. Este cambio no ha sido el único en los últimos meses en el grupo. BBVA se ha visto obligado a modificar la estructura de su alta dirección en varios países latinoamericanos tras la salida, por jubilación, de su máximo ejecutivo en Venezuela.

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