La necesaria diversificación económica de Paraguay está progresando. La redistribución del empleo desde la agricultura hacia otros sectores, en particular manufacturas y servicios, es indicativa del buen ritmo al que marcha la transformación estructural de la economía, según el Informe Multidimencional Paraguay, Vol. 3, presentado este martes 1 de octubre en Asunción por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Como resultado de ella, determinados sectores (ganadería, construcción, servicios financieros) han visto acrecentada su participación en el valor agregado, al tiempo que la industria manufacturera realiza una contribución cada vez mayor al crecimiento agregado, agrega el documento.

La estabilidad macroeconómica, sostenida por una política monetaria y macro-fiscal prudente e institucionalizada, es un gran activo para el desarrollo del país. La política monetaria y el régimen de objetivos directos de inflación han ayudado a controlar la volatilidad de los precios y tanto el objetivo explícito como el rango de tolerancia han venido ajustándose gradualmente a la baja. Respaldar el marco de política monetaria pasa ineludiblemente por adoptar medidas que potencien el desarrollo del sistema financiero y del mercado interbancario, así como por supervisar con atención las condiciones de liquidez, observan los técnicos de OCDE responsables de la elaboración del informe.

La introducción, como parte de un paquete más amplio de reformas macro-fiscales, de la Ley de Responsabilidad Fiscal (LRF) y del Consejo Fiscal Asesor, ha supuesto un paso importante hacia la sostenibilidad fiscal. La implementación de la ley ha sido un desafío, ya que se ha ido ajustando a los límites que impone el uso de medidas anticíclicas y las restricciones que impone a la inversión pública.

Marco fiscal

El marco fiscal es sólido, pero la recaudación de impuestos y la inversión de capital deben mejorarse. Pese a sus recientes mejoras, en especial en el plano de los impuestos que gravan la actividad nacional, la recaudación de impuestos en Paraguay sigue siendo baja comparada con la que registran los países de referencia. Esto se explica en concreto por las bajas tasas impositivas, si bien la evasión fiscal y la informalidad tienen también algo que ver en esto. El gobierno ha establecido la Comisión Técnica Económica Tributaria, que reúne a funcionarios públicos, expertos y representantes del sector privado, que se encargó en noviembre de 2018 de aportar información para un proyecto de ley de reforma fiscal que busca modernizar y simplificar el régimen fiscal del país. Las medidas del gobierno para contener el gasto corriente son meritorias, y lo habrían reducido en los últimos años, permitiendo así un leve aumento del gasto social y la inversión pública. De manera similar a la comisión técnica de impuestos, el gobierno ha establecido una comisión interinstitucional para revisar la eficiencia del gasto público y hacer propuestas para mejorarlo.

El nivel de inversión en Paraguay, aunque ha comenzado a repuntar, ha sido considerablemente inferior al de los países de la OCDE y América Latina. Paraguay todavía afronta retos significativos en materia de ejecución presupuestaria y gestión de proyectos de inversión pública. Cualquier nueva iniciativa del gobierno para fomentar la inversión de capital contribuiría a impulsar el crecimiento, sugiere OCDE.

Potenciar la productividad y la competitividad es esencial para sostener el crecimiento a largo plazo. Para ello es necesario hacer frente a un número de desafíos. A pesar de los esfuerzos del gobierno y las medidas aplicadas, subsisten desafíos para impulsar la productividad y la competitividad. En comparación con los países de referencia, los recursos invertidos en actividades de investigación y desarrollo en Paraguay son bajos, por lo que deberían reforzarse la inversión y la participación del sector privado en este ámbito.

Amplio margen para impulsar productividad

En otra parte, el informe destaca que también existe amplio margen para impulsar la productividad a través de una mejora de la calidad de la educación y corrigiendo el desfase entre la oferta y la demanda de competencias. La conectividad y las infraestructuras de alta calidad son asimismo fundamentales para elevar los niveles de productividad y mejorar la inclusión social. El marco institucional y regulatorio debería diseñarse de forma que favorezca la competencia, por lo que será bienvenida cualquier iniciativa del gobierno que tenga por fin reducir las barreras a la inversión, al comercio y al emprendimiento.

 

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