El costo de comercialización: Es de importancia determinar el alcance de responsabilidad que le corresponde, pues en condiciones de venta mayorista, el precio obtenido será el menor dentro de la cadena de valor del producto, pero sin embargo la empresa no correrá con los costos asociados a la atención al consumidor final (salvo posibles reclamos) y a la logística necesaria para llegar al retail, según la Red de Inversiones y Exportaciones (Rediex) dependiente del Ministerio de Industria y Comercio (MIC).

En cambio, cuando más pasos de exportación y mercadeo se realicen a propia cuenta, más participación tendrá en el valor de venta final del producto, teniéndose que enfrentar, en cambio, a los costos, esfuerzos y riesgos vinculados a los mismos.

El costo de acceso a los mercados

El costo de acceso a un determinado mercado depende básicamente de: – Los costos de transporte,

– Los aranceles y demás tarifas,

– Los costos laborales en el mercado de destino,

– El costo de mercadeo (que incluyen, además del marketing y la publicidad, costos de renta inmobiliaria que pueden ser excesivamente altos, en zonas céntricas de las metrópolis mundiales),

– Las cargas impositivas diversas que soporte el producto, la empresa y sus directivos en el mercado destino.

El poder adquisitivo de los compradores

El poder adquisitivo de los potenciales clientes difiere considerablemente en los distintos
mercados. Una referencia útil es el dato del PIB per cápita de cada país (que puede ser obtenido en Internet). Sin embargo, es de importancia atender a los distintos niveles socioeconómicos que pueden existir dentro de un mismo país. Si su producto apunta hacia
un grupo de clientes específicos (como, por ejemplo, migrantes o jugadores de golf), el poder adquisitivo puede ser menor o mayor al promedio.

La imagen que transmite su producto

El precio siempre transmite una “valoración invisible” para cada producto. Un precio alto
transmite al consumidor valores como exclusividad y calidad, mientras que precios bajos conllevan la imagen de un “producto popular”. Es de importancia establecer un precio a largo plazo, ya que las grandes variaciones del mismo perjudican la imagen de la mercancía. Mayores variaciones de precios se admiten en productos agrícolas, atendiendo a las fluctuaciones normales de mercado.

La calidad del producto

Para obtener el mejor precio posible para su mercadería, es de importancia contar con un nivel constante de calidad. Como el precio obtenido para un cargamento de distintas calidades se orienta en las piezas de menor calidad, es de importancia seleccionar de antemano las distintas calidades, vendiéndolos en forma separada. Incluso, puede ser recomendable comercializar productos de distinta calidad por canales alternativos, a fin de
mantener una buena imagen de su producto y/o marca.

La certificación de su producto

Con frecuencia, las cualidades de un producto no pueden ser identificados a primera vista por el potencial comprador. Un proveedor que puede demostrar la calidad, cualidades específicas y un proceso de elaboración destacado (por ejemplo, de producción orgánica, responsabilidad social, calidad certificada, etc.) puede negociar mejores precios que otro proveedor de una mercancía idéntica. Para ello, es de importancia coordinar los requisitos anticipadamente con un organismo certificador independiente e internacionalmente reconocido.

La posición del producto en el mercado

En general, el consumidor final cuenta con múltiples alternativas de selección, para cualquier rubro. Mayores niveles de exclusividad se pueden lograr en sectores innovadores, así como en rubros donde Paraguay cuenta con ventajas naturales (maderas y frutas nativas, carnes de calidad, etc.) o socioculturales (prendas artesanales, muebles, instrumentos musicales, etc.)

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