La actividad económica y la demanda en Paraguay se deterioraron significativamente durante el segundo trimestre, particularmente en el mes de abril, como consecuencia de la implementación de las medidas sanitarias preventivas para la contención de la pandemia de COVID-19, informó el Banco Central del Paraguay (BCP).

En el mencionado trimestre, el PIB se contrajo 6,5% en términos interanuales, debido a la retracción del sector servicios, las manufacturas y la generación de energía eléctrica. No obstante, la caída fue amortiguada por el buen desempeño del sector primario, especialmente de la agricultura. Por el lado del gasto, los componentes con mayor incidencia negativa fueron el consumo privado y la formación bruta de capital. Por su parte, la demanda externa neta tuvo una contribución positiva, explicada por la mayor disminución de las importaciones con relación a la retracción de las exportaciones.

Conforme a los indicadores de corto plazo, la actividad económica y la demanda han mostrado mejores resultados en el tercer trimestre, consistente con la mayor apertura de la economía por la flexibilización de las medidas de aislamiento. En este contexto, la inflación total y los indicadores de tendencia mostraron un incremento con respecto al último Índice de Política Monetaria (IPoM), aunque cabe mencionar que aún se encuentran en niveles bajos. En el tercer trimestre, el promedio de la inflación total se situó en 1,4%, superior al 1,1% observado en el segundo trimestre. De la misma manera, la inflación subyacente (que excluye frutas y verduras) y la subyacente X1 (que, además de frutas y verduras, excluye a los servicios tarifados y a los combustibles), promediaron tasas interanuales del 1,5% y 2,6%, respectivamente, por encima de las tasas verificadas en el trimestre anterior (1,3% y 2%).

Por su parte, la inflación núcleo promedió, en el mismo periodo, una tasa interanual del 1,6%, similar a la verificada en el trimestre anterior. Con este escenario, el Comité de Política Monetaria (CPM) consideró necesario seguir con el perfil expansivo de la política monetaria durante el tercer trimestre, manteniendo la tasa referencial en 0,75% anual, con el objetivo de garantizar la convergencia de la inflación a la meta en el horizonte de proyección. El CPM, si bien observó algunas señales de mejora en la economía internacional, destacó que la recuperación aún estaba supeditada a la evolución de la pandemia de COVID-19 y a los avances en el desarrollo de vacunas. Por su parte, en la economía local, los indicadores de actividad y de demanda también habían mostrado mejores resultados, luego de los mínimos observados en el mes de abril, no obstante, aún se ubicaban muy por debajo de los previstos en el periodo previo a la pandemia.

En cuanto a los precios, el Comité puntualizó que las distintas medidas de inflación se situaban en niveles bajos y que, de acuerdo, a los distintos escenarios supuestos en los modelos de proyección, no se avizoraban presiones inflacionarias en el corto plazo. Teniendo en cuenta que la actividad económica y la demanda se han recuperado a un ritmo mayor al previsto anteriormente, en el escenario base, la estimación de crecimiento del PIB del 2020 fue revisada al alza de -3,5% a -1,5%. Este ajuste se explica principalmente por una menor caída del sector servicios, particularmente de los otros servicios, segmento en cual están incluidos rubros tales como hoteles y restaurantes, servicios a los hogares, servicios a las empresas, entre otros.

Inicialmente, la previsión contemplaba un mayor impacto de la pandemia sobre estos sectores, considerando que la naturaleza de sus actividades implicaba una mayor interacción social y, al mismo tiempo, la oferta de algunas de ellas estaba limitada por las restricciones sanitarias. No obstante, los últimos registros han mostrado un repunte importante y más rápido a lo anticipado, posibilitado en parte, por la flexibilización de las medidas sanitarias. En contraste, para el sub sector comercio se prevé una mayor retracción. En el sector secundario, se ha destacado la significativa recuperación de los indicadores de construcción, motivando una corrección al alza en la estimación. En el mismo sentido, algunas ramas de las manufacturas vinculadas a la producción de alimentos y de bienes ligados a la construcción, han tenido un buen desempeño reciente, impulsando también una corrección al alza (menor caída) en el pronóstico del sub sector. Por su parte, electricidad y agua fue revisada a la baja, cuya producción sigue siendo afectada por el bajo nivel del río Paraná y por la menor demanda por parte de Brasil.

En cuanto al sector primario, se mantiene la misma tasa de expansión anunciada en el informe pasado, explicada principalmente por los buenos resultados de la agricultura. Por el lado del gasto, el consumo privado y la formación bruta de capital fijo se han ajustado al alza, consistente con el repunte de los indicadores de ventas y de la construcción. Por otra parte, la corrección a la baja de las importaciones fue mayor a la de las exportaciones, con lo cual, la demanda externa neta tendrá una incidencia positiva más elevada con relación al informe de junio.

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