Los miembros del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo ha mostrado esta semana su acuerdo total sobre el camino a seguir: el próximo paso tiene que ser la reducción de compra de bonos. Además, abordaron cuatro opciones diferentes para emprender este camino, según han confirmado a Reuters dos fuentes con conocimiento directo de las discusiones.

Aunque no se descartan otras vías, las posibilidades discutidas por el BCE incluyen recortar las compras de activos a 40.000 millones (desde los 60.000 millones actuales) de euros mensuales o 20.000 millones de euros, con opción de ampliación del programa, que se podría prolongar entre 6 meses o 9 meses, según las fuentes que pidieron no ser identificadas.

Cualquier decisión debería estar respaldada por un amplio consenso, lo que deja entrever que los miembros el consejo están deseando evitar las discrepancias públicas que se produjeron en decisiones anteriores, cuando algunos presidentes de bancos centrales nacionales e incluso algunos miembros del consejo ejecutivo del BCE criticaron públicamente las decisiones tomadas por el italiano Mario Draghi y sus ‘aliados’.

El BCE no se pronuncia

Preocupado por la fortaleza del euro, el banco mantuvo su curso este jueves con un comunicado idéntico a los demás y una rueda de prensa sin sobresaltos. Además, Mario Draghi anunció que retrasaba la toma de la decisión clave para octubre, después de haber efectuado compras de activos por más de 2 billones de euros.

Esta estrategia cautelosa plantea la posibilidad de que el BCE opte por eliminar sólo de forma muy lenta durante 2018 el alivio cuantitativo, diseñado para impulsar el  la inflación hasta el 2% deseado.  Aunque los escenarios incluyen diferentes combinaciones como los volúmenes de las compras y extensiones temporales específicas, gran parte de la discusión giró en torno al montante total de las compras.

Esto incluye la reinversión de los vencimientos de bonos que están actualmente en el balance del BCE, que poco a poco ascenderán a 15.000 millones de euros al mes el próximo año, según han revelado a Reuters expertos y personas cercanas a las negociaciones.

Los responsables también han acordado este jueves que los tipos de interés no se elevarán antes de que acaben las compras de activos. Esto supone que cualquier extensión del programa también retrasaría la primera subida de tipos hasta el fin definitivo de los estímulos.

No se van a cambiar las reglas

Las fuentes añadieron que el llamado límite del emisor, que limita las compras del BCE a un tercio de la deuda pendiente de un país, no estuvo en discusión porque el programa, que ya está siendo revisado por el Tribunal Europeo de Justicia, podría ser objeto de recurso legal.

No obstante, mantener este techo y otros requisitos autoimpuestos del programa limita las compras, justo ahora que el BCE está acercándose al límite de deuda en varios países, en especial en Alemania, la mayor economía de la zona euro y el principal crítico del BCE.

Si las compras se mantienen sin cambios, Alemania alcanzaría el límite en el primer semestre de 2018.

Jens Weidmann, presidente del poderoso banco central alemán Bundesbank y azote del BCE, ha destacado este viernes que el organismo presidido por Draghi no debería dejar pasar la oportunidad de ajustar la política monetaria, aprovechando que el crecimiento en la eurozona es robusto y que los precios de determinados activos podrían estar alcanzado precios elevados.

Fuente: El Economista

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