El Banco Popular de China ha dado un vuelco a la política monetaria mundial. En un contexto en el que la gran mayoría de las entidades centrales más grandes del planeta ha optado por acometer medidas poco acomodaticias, los máximos responsables del país asiático han optado por reducir inesperadamente el precio del dinero para dar un mayor apoyo a una economía afectada por los bloqueos destinados a frenar la propagación del Covid-19 y para tratar de buscar una reaceleración del sector inmobiliario, cada vez más hundido, según una publicación de El Economista.

El recorte de tipos se produjo justo antes de que se conocieran los datos que mostraban que los precios de la vivienda volvieron a caer en julio, mientras que la producción industrial y las ventas minoristas fueron más débiles de lo esperado. Los problemas a los que se enfrenta la economía han continuado hasta agosto, con algunos compradores de viviendas aún negándose a pagar hipotecas sobre viviendas sin terminar y casos de Covid-19 aumentando a medida que los brotes y los bloqueos se extienden por todo el país.

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