Washington. Las autoridades de competencia de Estados Unidos autorizaron este martes al gigante farmacéutico y químico alemán Bayer a adquirir la empresa de semillas estadounidense Monsanto, pero establecieron estrictas condiciones, según una información del Departamento de Justicia reproducida por la Deutsche Welle.

Para obtener la aprobación, la compañía alemana tuvo que pagar un alto precio, ya que deberá transferir parte de sus negocios.

Bayer anunció a mediados de septiembre de 2016 la adquisición de la empresa de biotecnología Monsanto por unos US$ 66.000 millones (62.600 millones de euros) tras acordar el pago de US$ 128 por acción.

Las autoridades estadounidenses tenían reservas para autorizar la transacción y la consideraban ilegal debido al poder de mercado que tendría la mayor compañía integrada de semillas y pesticidas del mundo. Bayer tuvo que hacer el mayor acuerdo de compromiso que se haya alcanzado en Estados Unidos para una adquisición, según el Departamento de Justicia.

Para obtener finalmente la aprobación, Bayer tuvo que hacer el mayor acuerdo de compromiso que se haya alcanzado en Estados Unidos para una adquisición, según el Departamento de Justicia.

Bayer ya ha conseguido la luz verde en jurisdicciones como la Unión Europea, Brasil, Rusia y Estados Unidos. Aún necesita la aprobación de reguladores de Canadá y México.

Un «arreglo histórico», pero polémico

Bayer deberá desprenderse de partes de sus negocios por casi US$ 9.000 millones, entre ellas el negocio propio de semillas, para que la fusión con Monsanto no implique un perjuicio para los competidores y para los usuarios. Un portavoz del Departamento consideró que se trató de un «arreglo histórico».

La Unión Europea había autorizado la compra a finales de marzo, pero bajo una serie de estrictas condiciones como la eliminación del solapamiento con Monsanto en los mercados de semillas y pesticidas, y desinvertir en la investigación global y el desarrollo de semillas y nuevas características.

La denominada «megafusión» no fue recibida con agrado por los ambientalistas y otras organizaciones de ayuda, debido a las críticas que genera Monsanto por sus productos modificados genéticamente y por el uso del controvertido herbicida glifosato.

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