El Gobierno argentino sigue convencido de que la economía recibirá una fuerte afluencia de dólares. De las diferentes canillas que buscan abrir, el equipo de Luis Caputo trabaja por estas horas en atraer los dólares «bajo el colchón» para su uso en operaciones habituales, algo que ya intentó incentivar en el verano mediante la tarjeta de débito en dólares, pero que se quedó a mitad de camino, informó este viernes el diario bonaerense Clarín.
«Se va a habilitar el pago de cualquier cosa en dólares, desde QR hasta tarjeta de débito, mostrás el celular y listo, hoy no podés ir al restaurant y pagar la comida con dólares», estimaron desde un despacho oficial. La medida que se anunciará en dos semanas, según anticipó el martes el ministro de Economía, se terminará de ajustar con una resolución de ARCA, el organismo que preside Juan Pazo.
Caputo anunció el martes que busca «remonetizar» la economía para que siga creciendo. «Cada vez van a circular más dólares», anticipó. Es una obsesión que mantiene desde el inicio del blanqueo, que sumó US$ 15.000 millones en los depósitos en 2024. En agosto, anunció medidas para que se pudiera comprar «desde una gaseosa a un auto 0km» con divisas a través de la tarjeta de débito.
Si bien las emisoras de tarjetas tenían todo listo en septiembre, el Banco Central reglamentó la modalidad en enero pasado y comenzó a utilizarse recién entre marzo y abril, sin mucho entusiasmo. «No fue mucho, solo algunas empresas, sobre todo de turismo, ventas de paquetes aéreos, viajes», precisó una fuente del sector financiero, donde igualmente creen que pasó poco tiempo para evaluar su éxito.
Pago en dólares con QR
Una de las patas que quedó trunca es que el Central nunca habilitó el pago en dólares con QR, utilizando dinero en cuenta o tarjeta. La expectativa en las billeteras virtuales es que avancen ahora. Dicen que las autoridades del BCRA les aseguraron en su momento que la medida dependía de la apertura del cepo. Pero desde la entidad aseguran que todavía «no hay nada».
El Gobierno aceleró la búsqueda de dólares en medio de la resistencia de la divisa a bajar a $ 1.000, las dudas sobre la acumulación de reservas y el deterioro de las cuentas externas. Las últimas medidas parecen ir todas en el mismo sentido: la apertura del cepo para el ingreso de capitales especulativos, las advertencias al campo para liquidar y la eliminación de retenciones a la industria.
En el equipo de Caputo, aseguran que «van a venir dólares por inversiones y flujos de capitales», y creen que ya hay algunas señales. Apuntan al incremento de US$ 760 millones en las reservas (sin contar los US$ 12.000 millones del adelanto del FMI y el desembolso de US$ 1.500 millones del BID), aunque el Banco Central atribuyó las variaciones al aumento del oro, que subió un 8% desde principios de abril.
«El Banco Central no intervino y tampoco hubo gran liquidación de exportadores», señaló un funcionario. En el mercado, llamó la atención el crecimiento de los depósitos en dólares en unos US$ 2.000 millones. Hasta el 24 de abril, acumuló seis días al alza desde el mínimo del viernes cuando se anunció el crédito de US$ 20.000 millones del FMI y el nuevo esquema cambiario. Pero la lectura sobre los motivos es diferente.
«Se terminó la temporada alta de turismo y arranca la cosecha, es una señal de confianza en medio de la estacionalidad», explicó el economista Jorge Neyro. Con importaciones en ascenso y una bola de vencimientos de deuda en pesos de $ 30 billones en mayo y junio, el Gobierno busca incentivar que locales y extranjeros vendan dólares y compren pesos, el famoso «carry trade».
Por Ley
En rigor, el blanqueo aceitó esa dinámica hasta que en marzo el mercado olfateó una devaluación. Ahora, el Ejecutivo no puede extender la exteriorización de efectivo, a menos que sea por ley. Y las nuevas medidas que prepara Caputo enfrentan varios desafíos, empezando por convencer a los argentinos que traigan los US$ 246.000 millones que tienen fuera del sistema por las crisis y devaluaciones recurrentes.
«El peso no domina aún al dólar, eso no pasó ni durante la convertibilidad, donde los costos de transaccionar en dólares eran bajos y había bimonetarismo pleno. No pasó tampoco en Perú, que tiene un sistema bimonetario en serio y el sol es estable. Para que pase debería ser muy engorroso transaccionar en pesos, que es lo que pasó en las hiperinflaciones», explicó Gabriel Caamaño, director de Outlier.
Según el economista, los argentinos no usan el dólar para «comprar puchos» por la Ley de Gresham, que establece que en un sistema bimonetario la moneda «mala» o de menor valor tiende a desplazar de circulación a la «buena» porque la de mayor valor es la preferida para atesorar. «Para que abandones el peso, la moneda tendría que perder mucho valor y cuanto más estable, más se tiende a usar», sostuvo.
En la misma línea, el director de Equilibra, Martín Rapetti, cree que las posibles medidas pueden buscar un «puente» hasta las elecciones de octubre, pero no cree que provoquen un cambio significativo. «Un empresario accionista de una empresa vende su parte y recibe US$ 100 millones, ¿los pone en un banco o afuera? No veo hoy que la gente tenga dificultades para usar los dólares en el banco», dijo en Ahora Play.
El otro punto es si un dólar oficial en torno a $ 1.170 genera divisas. El CEO del JP Morgan, Facundo Minujin, dijo el martes que el Big Mac sigue siendo «el más caro del mundo» y que los dólares en el colchón reflejan la falta de confianza. Javier Milei no se quedó atrás y desde el mismo escenario negó ayer que hubiera «atraso» cambiario, dijo el dólar se cerca al piso de $ 1.000 y que «conforme saquemos los pesos y lleguen los dólares, les va a doler».
Fuente: Clarín