En el sistema financiero paraguayo, el activo total ha seguido creciendo a un ritmo moderado, luego de la importante acumulación de activos líquidos durante el año 2020. El crecimiento interanual positivo del activo se explicó principalmente por el buen desempeño de la cartera de créditos y, en especial, en moneda extranjera, según un reporte dado a conocer hoy martes 29 de noviembre por el Banco Central del Paraguay (BCP).

Desde el último Informe de Estabilidad Financiera (IEF(, elaborado por la banca matriz, se ha observado un aumento de la tasa de morosidad, sin embargo, las previsiones constituidas han permitido cubrir más del 100% de los créditos vencidos. El crecimiento interanual del crédito a las familias se ha acelerado desde inicios de 2021, al tiempo que, la calidad del crédito ha mejorado en los últimos doce meses. Sin embargo, la tasa de morosidad todavía se encuentra en niveles superiores al período pre-pandemia.

Por otra parte, la tasa de morosidad de la deuda de las empresas se mantuvo en niveles similares al mismo periodo del año anterior, en parte, como resultado de la aplicación de las medidas transitorias de apoyo a sectores afectados por la sequía.

La liquidez del sistema financiero ha disminuido como consecuencia del retiro de las facilidades de liquidez del periodo de la pandemia y el aumento de las tasas de interés que afectan la tenencia de recursos líquidos. Sin embargo, el riesgo de liquidez se mantiene bastante limitado, señala el documento del BCP.

La utilidad del sistema continuó recuperándose impulsada por el incremento de los márgenes financieros, principal fuente de ingresos para la banca, en un escenario en que los créditos han mantenido una buena dinámica y los depósitos han decrecido. No obstante, los indicadores ROE y ROA todavía se ubican por debajo de los niveles prepandemia.

En cuanto a los indicadores de solvencia, los niveles observados superaron cómodamente a los mínimos establecidos en la regulación. Por último, las pruebas de tensión realizadas al sistema financiero, compuesto por bancos y empresas financieras, señalan que la solvencia agregada se mantiene en niveles superiores a los mínimos regulatorios, incluso frente a la simulación de choques extremos, aunque con una baja probabilidad de ocurrencia.

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