Viernes negro derrumba bancos europeos y arrastra al rojo a todas las bolsas del Viejo Continente
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Los principales bancos de Europa se han derrumbado este viernes negro y han arrastrado al rojo a todas las bolsas europeas, informó hoy el diario español El Economista. La razón se encuentra al otro lado del Atlántico: dos bancos regionales comunicaron grandes pérdidas que pusieron sobre aviso a Wall Street el jueves. Las bolsas norteamericanas giraron al negativo cuando se supo que Zions Bancorp y Western Alliance registraban inquietantes impagos de dos préstamos vinculados a hipotecas dudosas. Para los inversores fue volver automáticamente a 2007, cuando los impagos de los créditos subprime provocaron una crisis financiera que se llevó a Lehmann Brothers por delante un año más tarde y provocó una depresión económica en Occidente: la Gran Recesión.
El cierre en negativo de Wall Street se trasladó con rapidez a Asia, que se apuntó una jornada en rojo durante su sesión, mientras Europa se preparaba para el golpe esta mañana. En el caso de las bolsas del Pacífico, el Nikkei japonés retrocedió un 1,4%, el Hang Seng se derrumbó un 2,5% y el selectivo de Shanghái cerró con una pérdida del 2%.
Como una mancha de valores en rojo, Europa ha amanecido con importantes caídas en todas las plazas financieras del continente. El Dax de Alemania reportaba el peor impacto con un arranque en rojo del 2%. Mismo guarismo ha seguido el FTSE Mib de Italia, la principal referencia bursátil del país mediterráneo muy expuesta a la banca. El resto de selectivos han mantenido unos números para olvidar: el Ibex 35 español ha recogido una caída del 0,8%, el Cac 40 francés ha bajado un 0,7% y el FTSE 100 británico se ha dejado un 1,3%. El Ibex y el Cac han conseguido allanar camino a partir del mediodía hasta rozar el verde.
Detrás de todas estas cifras están las pérdidas de la banca, que han infectado al resto de sectores económicos ante el temor de una bolsa en máximos, una crisis financiera como la de hace dos décadas y una geopolítica más incierta que nunca.
Persiste sangría de banco alemán
La segunda empresa más grande del Ibex 35, Banco Santander, es de las firmas que se están llevando la peor parte de entre los bancos más grandes del continente. La entidad cántabra ha registrado pérdidas que han llegado a rozar el 5% negativo, dejando sus acciones sobre la banda de los 8,2 euros. Aunque el banco ha corregido hasta la mitad de esas pérdidas conforme el mercado ha empezado a calmarse. Dentro de la banca española, no es la peor firma. Sabadell, marcada por la finalización de la opa, se desploma hasta un 9% para girar hasta casi un 7% en rojo. En contraposición está el BBVA, único banco del Stoxx Europe 600, la referencia continental, que incrementa su valor un 7% por la misma razón.
Fuera de las fronteras españolas, la sangría bancaria persiste con Deutsche Bank dejándose un 7% al principio de la jornada y ahora un 4%. El banco más importante de Alemania, marcada ahora por la crisis industrial y una alta exposición inversora, sufre el mazazo más agresivo por parte de los inversores. Allianz, la aseguradora financiera más importante de Europa con sede en Múnich, retrocede más de un 3%.
Los bastiones financieros de Reino Unido, Francia e Italia han corrido la misma suerte. En el archipiélago, el mayor golpe se lo lleva Barclays, el banco con la mayor cuota de hipotecas británicas del sector. La caída supera ampliamente el 6%. Lloyds y HSBC, con una diversificación geográfica y sectorial mayor, caen un 2%.
Al otro lado del Canal de la Mancha, donde se agrupan varias de las entidades financieras más grandes de la Eurozona, las pérdidas son muy relevantes. Société Generale retrocede casi un 5%, BNP Paribas pierde un 4% y Crédit Agricole se deja un 2,5%. En Italia, las dos firmas líderes, Intesa Sanpaolo y Unicredit, se dejan cerca de un 3%.
Resfriado que se convierte en neumonía
El trauma financiero de 2008 dejó una huella imborrable en las siguientes generaciones de inversores. Cualquier resfriado que sufre la banca se convierte rápidamente en una neumonía en toda la bolsa debido a su carácter estructural para el tejido económico y financiero de Occidente. La crisis regional de EEUU, todavía contenida, recuerda tanto a la caída de Silicon Valley Bank hace dos años como al agujero de hace dos décadas.
La situación entre ambas coordenadas del calendarios son diferentes, aunque no por ello esté exenta de riesgos. La mayor parte de la banca en los primeros años del siglo tenía una sobreexposición a créditos hipotecarios, particularmente de promotores, que eran revendidos en los mercados secundarios con importantes primas. Una vez la fiesta terminó, el terremoto asustó a todos los actores hasta el punto de llevarse a la quiebra a Lehman Brothers, una de las entidades financieras más importantes de EEUU.
Desde ese momento, la banca comenzó un proceso de reestructuración de la deuda —mediante polémicos rescates públicos en no pocos países que dejaron maltrechas las cuentas estatales—, alejándose de los productos tóxicos y diversificando sus cuentas. En paralelo, los bancos centrales restringieron la acción de los bancos con el protocolo de Basilea III, que, en esencia, obligaba a las firmas a mantener una hucha mucho más grande que antes por si hay imprevistos.